viernes, 27 de septiembre de 2013

Para "Días como estos" por la Metro FM 95.1

Les dejo la columna que hice el sábado pasado en "Días como estos" por la Metro FM 95.1 los sábado de 10 a 13...
La idea es repasar los grandes afanos de la historia, en este caso uno que se dio en el marco de la crisis financiera de EEUU en 2008.

http://dias.metro951.com/2013/09/24/grandes-ladrones-de-la-historia-bernie-madoff/

jueves, 26 de septiembre de 2013

Para El Cronista - Cuando impartir lecciones nos impide aprender

Luego de la intervención de la presidenta en la Asamblea General de las Naciones Unidas, son múltiples las consideraciones que se pueden realizar. 
En materia del reclamo de diálogo por Malvinas solo se puede estar de acuerdo, tanto en la forma como en fondo. Lo mismo en cuanto a las consideraciones sobre los costos sociales de la crisis financiera internacional y la falta de normas de gobernanza global que provean un marco de estabilidad legal del cual hoy temas como las reestructuraciones de deuda carecen. Cabe la particularidad del reclamo, cuando proviene de un país que no tiene el mejor de los récords en lo que hace al cumplimiento de las normas, las cuales nos gusten o no, hemos firmado y nos cuesta cumplir, como los fallos del CIADI que seguimos sin resolver. Mas allá de mi opinión (negativa) sobre la conveniencia de permanecer en dicho ámbito para laudar sobre inversiones. 
La presidenta abordó además diferentes aspectos de carácter internacional. Todos polémicos y sensibles. Así es Cristina, lo que dice puede gustar o no, pero rara vez genera indiferencia.
Aquí surge el primer punto para considerar, y es hasta que donde este tipo de foros son el marco indicado para tomar posiciones tan contundentes, toda vez que el mundo es un escenario sumamente cambiante y nuestra política domestica, también. Tal vez no tenga brillo, puede que no sea taquillero, pero tengo la impresión que haciendo mucho ruido, no hemos tenido éxito, como tampoco lo tuvimos desde el alineamiento absoluto y las relaciones carnales. 
Se puede tener una posición, firme, en defensa del interés nacional, que nos represente sin matices, pero sin grandilocuencias ni definiciones irrevocables, que irremediablemente habrán de chocar con la realidad, no porque cambiemos la posición (o si) sino porque lo que cambia es la realidad. 
En ese aspecto Irán representa un claro ejemplo, vimos como la presidenta ponderaba positivamente que el presidente iraní Hasán Rouhaní haya manifestado una posición divergente respecto de su predecesor en cuanto al Holocausto, reconociéndolo, cuando hace un año, en el mismo foro, nuestro país permaneció sentado escuchando por primera vez desde que el anterior presidente Ahmadineyad desconociera el holocausto y convocara a la desaparición el estado de Israel, en lo que representó un gesto que al igual que el acuerdo con ese país parece habernos traído mas costos que beneficios. 
En su oportunidad el canciller Timerman, defendió a rajatabla ese camino y el martes vimos a la presidenta pedir a Irán que le de curso a un instrumento, el cual hasta aquí sólo hemos firmado nosotros. Esto bien le podría haber costado el puesto al jefe de la diplomacia, mas no sea por exponer a la máxima figura del país a defender un supuesto acuerdo que resultó no ser tal, ya que para serlo debe tener la anuencia de ambas partes, y por ahora eso no ha sucedido. 
En lo atinente al conflicto interno en Siria, es muy importante que hayamos tenido posición concreta dado el rol que ocupa la argentina en el consejo de seguridad en estos momentos y hasta 2014. Lo que parece llamativo es cierto tono de sarcasmo utilizado al referirse a temas tan serios como la provisión de armamento a uno de los sectores en pugna. No luce prudente realizar consideraciones que den lugar a las suspicacias en ámbitos de ese tipo. No me refiero aquí a una posición pacata, es decir si la Argentina tiene una denuncia para hacer, la tiene que formular, de otro modo tal vez serÍa mejor intentar ser un poco más aburridos, sobre todo porque cuando habla un presidente no lo hace a título personal sino representando a un país, que además estuvo involucrado en conflictos como el de armas a Croacia y Ecuador hace solo unos años. 
En cuanto a los fondos buitre y el pago de la deuda, sucede algo similar. Resulta innegable el revuelto estomacal que nos produce como país ver cómo un grupo de lobbistas pretende obtener rendimientos del 1500% sin correr demasiados riesgos. Eso es lo obvio, el tema es por qué vamos a dar lecciones de lo que debe ser y lo que no, y terminamos recordando que somos ‘pagadores seriales’ mientras nadie nos presta un dólar al tiempo que el resto de los países de la región consiguen financiar proyectos de desarrollo con préstamos de largo plazo, como lo hizo Bolivia el año pasado. 
Entre los debates que podríamos encarar en el futuro, uno podría ser si estamos para dar lecciones a los demás sobre lo que no parece que hayamos aprendido nosotros.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Dado que no se pudo ver la versión digital completa, comparto aquí mi columna del domingo 8/9 en diario PERFIL - Mas peligroso que ser necio es ser inútil

Foto: Dado que no se pudo ver la versión digital completa, comparto aquí mi columna del domingo 8/9 en diario PERFIL

Mas peligroso que ser necio es ser inútil

La función ejecutiva es sin dudas, una de las tareas más difíciles que se puede ejercer. Es ingrata por definición, ya que cuando se administran intereses de la sociedad en su conjunto, estos son contradictorios per-se , lo cual implica que en la toma de decisiones siempre queda alguien descontento. 
La búsqueda del bien común, la idea de progreso implica de un modo u otro privilegiar sectores respecto de otros, en el entendimiento que dicha acción traerá a la postre mejoras en el desarrollo del conjunto. 
Resolver entre eficiencia y equidad suele ser antipático pero forma parte del hecho de gobernar. 
Como la toma de decisiones es un proceso complejo que deja heridas y enemigos es lógico que quien gobierna durante un tiempo prolongado estime que las críticas dejan de ser el resultado de una evaluación objetiva (dentro de la subjetividad propia de los seres humanos) sino que responden en forma directa al juego de intereses y la vocación de conseguir el poder de quién es criticado; transformando la crítica en un elemento de lucha o hasta una acción disruptiva en lugar de ser un aporte para buscar mejorar una situación determinada. 
Es aquí donde podría ser entendible, la necedad, la incapacidad de tomar elementos concretos de la crítica y utilizarlos como insumos de una proceso reflexivo cuya síntesis permita evolucionar, avanzar en un sentido positivo del paradigma  político vigente para quien gobierna.
El problema es cuando lo que reina es la inoperancia, cuando la necedad galvaniza una posición y evita el dialogo interno de los mismos hacedores de política hacia el interior del gobierno. 
Aquí no se trata de fluidez  del  dialogo. Un gobierno no es una banda de amigos con buena onda por mas que alguna de las propuestas electorales fashion que vemos en estos días, pretendan hacernos creer eso.  
Un gobierno debería ser algo mas bien cotidiano, gris, habitual, orgánico, normal. 
Pueden no llevarse bien sus integrantes, pueden hablar poco, pueden no ser cool, pueden ser antipáticos pero lo que no pueden ser es ineptos.  Es decir, no pueden tratar de aplicar soluciones siempre iguales para problemas similares y esperar resultados diferentes. No pueden carecer de planificación de mediano plazo, no pueden mantener en vilo a la sociedad a la espera de cual será la próxima medida, no pueden mentir con las estadísticas, no pueden presentar iniciativas que se contradicen con la siguiente solo unos meses después.  No pueden hacer un default energético, no pueden permitir que sea mas fácil importar un auto Alemán de alta gama que un tornillo para fabricar un auto nacional, no pueden hacer que sus políticas tengan como resultado  que el trigo cueste el doble aquí que en Uruguay. No pueden justificar los fracasos en el accionar de terceros para volver a fracasar con la iniciativa siguiente. 
Con la oposición pasa exactamente lo mismo,  pero al revés, podríamos aceptar que sean necios, pero es inaceptable que nos quieran hacer creer que en 40 días se puede armar una propuesta de gobierno o que con globos de colores, actos de diseño y sonrisas ultra blancas vamos a tener una alternativa seria para el desarrollo del país. 
Hemos transcurrido  un par de  semanas con anuncios para todos los gustos. Claramente en materia de impuesto a la ganancias las noticias son buenas, pero nuevamente de corto plazo y con una implementación que deja mucho que desear en cuanto a la aplicación de las escalas y la forma en que esto se pueda actualizar en el futuro. 
En el frente externo se sigue en una actitud reactiva por demás, donde el corolario termina siendo, que luego del haber pagado 173 mil  millones de dólares en una década tenemos que encomendarnos a dios para que ilumine a los jueces de la corte de Estados Unidos. 
Seguimos viendo como unos y otros hacen todo lo posible por no hacerse cargo, parece una constante de nuestro comportamiento como sociedad.  Lo que nos pasa siempre es responsabilidad de un tercero, que además es maligno y sólo pretende perjudicarnos a nosotros. 
Mientras todos esto sucede la inflación sigue haciendo estragos en los bolsillos de los consumidores y restando competitividad a nuestra economía, al tiempo que no se ve una sola propuesta que exceda el tiempo televisivo de una entrevista. 
Insisto el problema no es que veamos que nos conducen necios, lo grave es que terminemos por caer en la cuenta que son inútiles.La función ejecutiva es sin dudas, una de las tareas más difíciles que se puede ejercer. Es ingrata por definición, ya que cuando se administran intereses de la sociedad en su conjunto, estos son contradictorios per-se , lo cual implica que en la toma de decisiones siempre queda alguien descontento. 
La búsqueda del bien común, la idea de progreso implica de un modo u otro privilegiar sectores respecto de otros, en el entendimiento que dicha acción traerá a la postre mejoras en el desarrollo del conjunto. 
Resolver entre eficiencia y equidad suele ser antipático pero forma parte del hecho de gobernar. 
Como la toma de decisiones es un proceso complejo que deja heridas y enemigos es lógico que quien gobierna durante un tiempo prolongado estime que las críticas dejan de ser el resultado de una evaluación objetiva (dentro de la subjetividad propia de los seres humanos) sino que responden en forma directa al juego de intereses y la vocación de conseguir el poder de quién es criticado; transformando la crítica en un elemento de lucha o hasta una acción disruptiva en lugar de ser un aporte para buscar mejorar una situación determinada. 
Es aquí donde podría ser entendible, la necedad, la incapacidad de tomar elementos concretos de la crítica y utilizarlos como insumos de una proceso reflexivo cuya síntesis permita evolucionar, avanzar en un sentido positivo del paradigma político vigente para quien gobierna.
El problema es cuando lo que reina es la inoperancia, cuando la necedad galvaniza una posición y evita el dialogo interno de los mismos hacedores de política hacia el interior del gobierno. 
Aquí no se trata de fluidez del dialogo. Un gobierno no es una banda de amigos con buena onda por mas que alguna de las propuestas electorales fashion que vemos en estos días, pretendan hacernos creer eso. 
Un gobierno debería ser algo mas bien cotidiano, gris, habitual, orgánico, normal. 
Pueden no llevarse bien sus integrantes, pueden hablar poco, pueden no ser cool, pueden ser antipáticos pero lo que no pueden ser es ineptos. Es decir, no pueden tratar de aplicar soluciones siempre iguales para problemas similares y esperar resultados diferentes. No pueden carecer de planificación de mediano plazo, no pueden mantener en vilo a la sociedad a la espera de cual será la próxima medida, no pueden mentir con las estadísticas, no pueden presentar iniciativas que se contradicen con la siguiente solo unos meses después. No pueden hacer un default energético, no pueden permitir que sea mas fácil importar un auto Alemán de alta gama que un tornillo para fabricar un auto nacional, no pueden hacer que sus políticas tengan como resultado que el trigo cueste el doble aquí que en Uruguay. No pueden justificar los fracasos en el accionar de terceros para volver a fracasar con la iniciativa siguiente. 
Con la oposición pasa exactamente lo mismo, pero al revés, podríamos aceptar que sean necios, pero es inaceptable que nos quieran hacer creer que en 40 días se puede armar una propuesta de gobierno o que con globos de colores, actos de diseño y sonrisas ultra blancas vamos a tener una alternativa seria para el desarrollo del país. 
Hemos transcurrido un par de semanas con anuncios para todos los gustos. Claramente en materia de impuesto a la ganancias las noticias son buenas, pero nuevamente de corto plazo y con una implementación que deja mucho que desear en cuanto a la aplicación de las escalas y la forma en que esto se pueda actualizar en el futuro. 
En el frente externo se sigue en una actitud reactiva por demás, donde el corolario termina siendo, que luego del haber pagado 173 mil millones de dólares en una década tenemos que encomendarnos a dios para que ilumine a los jueces de la corte de Estados Unidos. 
Seguimos viendo como unos y otros hacen todo lo posible por no hacerse cargo, parece una constante de nuestro comportamiento como sociedad. Lo que nos pasa siempre es responsabilidad de un tercero, que además es maligno y sólo pretende perjudicarnos a nosotros. 
Mientras todos esto sucede la inflación sigue haciendo estragos en los bolsillos de los consumidores y restando competitividad a nuestra economía, al tiempo que no se ve una sola propuesta que exceda el tiempo televisivo de una entrevista. 
Insisto el problema no es que veamos que nos conducen necios, lo grave es que terminemos por caer en la cuenta que son inútiles.
Resolver entre eficiencia y equidad suele ser antipático pero forma parte del hecho de gobernar. Como la toma de decisiones es un proceso complejo que deja heridas y enemigos es lógico que quien gobierna durante un tiempo prolongado estime que las críticas dejan de ser el resultado de una evaluación objetiva (dentro de la subjetividad propia de los seres humanos) sino que responden en forma directa al juego de intereses y la vocación de conseguir el poder de quién es criticado; transformando la crítica en un elemento de lucha o hasta una acción disruptiva en lugar de ser un aporte para buscar mejorar una situación determinada. Es aquí donde podría ser entendible, la necedad, la incapacidad de tomar elementos concretos de la crítica y utilizarlos como insumos de una proceso reflexivo cuya síntesis permita evolucionar, avanzar en un sentido positivo del paradigma político vigente para quien gobierna.El problema es cuando lo que reina es la inoperancia, cuando la necedad galvaniza una posición y evita el dialogo interno de los mismos hacedores de política hacia el interior del gobierno. Aquí no se trata de fluidez del dialogo. Un gobierno no es una banda de amigos con buena onda por mas que alguna de las propuestas electorales fashion que vemos en estos días, pretendan hacernos creer eso. Un gobierno debería ser algo mas bien cotidiano, gris, habitual, orgánico, normal. Pueden no llevarse bien sus integrantes, pueden hablar poco, pueden no ser cool, pueden ser antipáticos pero lo que no pueden ser es ineptos. Es decir, no pueden tratar de aplicar soluciones siempre iguales para problemas similares y esperar resultados diferentes. No pueden carecer de planificación de mediano plazo, no pueden mantener en vilo a la sociedad a la espera de cual será la próxima medida, no pueden mentir con las estadísticas, no pueden presentar iniciativas que se contradicen con la siguiente solo unos meses después. No pueden hacer un default energético, no pueden permitir que sea mas fácil importar un auto Alemán de alta gama que un tornillo para fabricar un auto nacional, no pueden hacer que sus políticas tengan como resultado que el trigo cueste el doble aquí que en Uruguay. No pueden justificar los fracasos en el accionar de terceros para volver a fracasar con la iniciativa siguiente. Con la oposición pasa exactamente lo mismo, pero al revés, podríamos aceptar que sean necios, pero es inaceptable que nos quieran hacer creer que en 40 días se puede armar una propuesta de gobierno o que con globos de colores, actos de diseño y sonrisas ultra blancas vamos a tener una alternativa seria para el desarrollo del país. Hemos transcurrido un par de semanas con anuncios para todos los gustos. Claramente en materia de impuesto a la ganancias las noticias son buenas, pero nuevamente de corto plazo y con una implementación que deja mucho que desear en cuanto a la aplicación de las escalas y la forma en que esto se pueda actualizar en el futuro. En el frente externo se sigue en una actitud reactiva por demás, donde el corolario termina siendo, que luego del haber pagado 173 mil millones de dólares en una década tenemos que encomendarnos a dios para que ilumine a los jueces de la corte de Estados Unidos. Seguimos viendo como unos y otros hacen todo lo posible por no hacerse cargo, parece una constante de nuestro comportamiento como sociedad. Lo que nos pasa siempre es responsabilidad de un tercero, que además es maligno y sólo pretende perjudicarnos a nosotros. Mientras todos esto sucede la inflación sigue haciendo estragos en los bolsillos de los consumidores y restando competitividad a nuestra economía, al tiempo que no se ve una sola propuesta que exceda el tiempo televisivo de una entrevista. Insisto el problema no es que veamos que nos conducen necios, lo grave es que terminemos por caer en la cuenta que son inútiles.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Para El Cronista - El costo del relato

En un país cruzado por descripciones de la realidad que nos cuesta verificar en lo que sucede cotidianamente, vale la pena repasar alguna de las principales contradicciones y sus costos.
La oposición sostenía el relato que atribuía casi exclusivamente a causas de tipo monetarias para explicar la inflación pero en lo que va del año se verifica que en los primeros ocho meses se imprimieron solo 6% mas de billetes mientras que para el mismo período de 2012 se había emitido en el orden del 17%, al tiempo que la tasa de inflación sigue en los niveles similares del año pasado. 
En el mismo sentido se viene argumentando sobre la falta de competitividad en el tipo de cambio, relato que va quedando sin fuerza, si observamos que durante agosto se devaluó 3,3% colocando arriba del 40% en términos anualizados la pérdida de valor de nuestra moneda frente al dólar, lo cual es sustancialmente mas elevado que el aumento de los precios en pesos, sea cual fuera la mensura que se tome.
Por el lado del gobierno vemos el relato sobre el crecimiento del producto, que (debemos recordar) si lo hace oficialmente por encima del 3,25% nos veremos obligados a pagar 3500 millones de dólares en 2014, por el bono atado al cupón PBI. Esto estaría muy bien, si se verificara con la realidad, pero cierto es que ha quedado cuestionado desde diferentes sectores; así como se cuestiona la mensura oficial acerca de la inflación que ya no se condice con ningún aspecto del sentido común y que sigue ausente del debate entre el gobierno, los empresarios y los gremios. 
El crecimiento del PBI esta bajo la lupa de diferentes cámaras empresarias que ven como la información que brindan para la construcción del dato oficial, no es reflejada del mismo modo que fue brindada y tiene como consecuencia un valor para el crecimiento del producto que en lugar de estar en torno del 3% como suponemos los mas optimistas, el gobierno lo ubica por encima del 4%. Esta diferencia de décimas le puede costar a la sociedad en su conjunto miles de millones de dólares y supone recursos que podrían ser utilizados para ampliar nuestra alicaída capacidad energética, construir escuelas, hospitales, fortalecer la infraestructura general del país o invertir en seguridad. 
Hoy, transportar 45 mil toneladas de grano desde Salta a Santa Fe sale más caro que de Rosario al puerto de Holanda. A nadie parece interesarle. El debate al que asistimos como simples espectadores, se sigue centrando en la pelea por el titular del diario del día siguiente, por captar la atención del minuto a minuto televisivo, es decir dominar la agenda. 
Seguimos enfrascados en peleas donde detrás de los anuncios hay pocas realizaciones, y detrás de las contrapropuestas hay escasos fundamentos. Poco es lo que se percibe de sustancia en materia de ideas nuevas y mucho es lo que se observa de marketing político. 
Quedamos presos de los actos de diseño, las sonrisas ultrablancas, los globos de colores y las ‘historias de vida conmovedoras’. Ni unos ni otros cruzan el limite de la mediocridad, nadie se anima a plantear las cosas como son, no se ven planteos concretos de cara a la sociedad, donde se ponga en claro que si queremos bajar impuestos, no emitir, y nadie nos presta un peso en el mundo (a pesar de ser ‘pagadores seriales’), alguien va a tener que pagar el costo. Y los damnificados seremos todos. 
Esa es la pura verdad, no hay luz barata para todo el mundo sino tenemos forma de pagarla, pronto veremos como se ajustan de algún modo, sin debatirlo y solamente en función de costos y beneficios de carácter táctico. Lo mismo pasará en materia de los diversos frentes que hoy reciben subsidios (muchos de ellos sumamente necesarios) en el tiempo por venir. 
Si nos tenemos que encomendar a dios para que ilumine jueces estadounidenses, producto de errores propios en nuestra estrategia, algo debemos revisar. 
Es increíble que quien gobierna y quien pretende hacerlo se muestren incapaces de hacerse cargo. Solo pretenden ver el brillo de los aciertos (que los hay desde ambos lados, desde ya) mientras ignoran la opacidad de los errores. 
El relato de unos y otros parece moverse al compás de aquello que los asesores recomiendan decir porque se supone que es lo que la mayoría ‘quiere escuchar’, mientras tanto, en la argentina, aquellos que vivimos con los números reales, seguimos a la espera que la discusión entre unos y otros, deje de ser por los números y comience a ser sobre como hacer con los números para que todos vivamos un poco mejor.

En Argentina Para Armar por TN.



Les dejo el programa en el que participé en la noche del domingo pasado, "Argentina para armar" para los que deseen verlo. Gracias!!




(hay que copiar el enlace y pegarlo en el navegador para poder verlo)




Bloque 1




http://tn.com.ar/programas/argentina-para-armar/las-claves-para-pelearle-a-la-inflacion-08092013-0_410061_0?destination=programas%2F31




Bloque 2




http://tn.com.ar/programas/argentina-para-armar/las-claves-para-pelearle-a-la-inflacion-08092013-1_410061_1?destination=programas%2F31

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Ganancias y números de nuestra economía.

Empezó el debate por el tema de ganancias y hay que decirlo, esta perfecto que suban el mínimo de ganancias, pero no jodamos, si no aumentan otro impuesto tendrían que proponer bajar gasto, digo porque si eso es lo que se quiere hay que ser claro y decirlo. Sino terminamos en lo de siempre el gobierno implementa las mediadas de apuro y como el tujes y la oposición propone zaraza que solo se aplica en la planilla de excel de algún iluminado.
Digo, bajó la emisión monetaria, la devaluación es más del 35% (anualizada) y no pasa naranja.
Algún día se dignarán a dejar de mentir? La cuestión es bastante simple, TODO no se puede, si no cobramos impuestos, no imprimimos billetes y nadie nos presta un peso, vayamos entendiendo que el bondi a 1,5 no da para más, que la luz y el gas a precio regalado tampoco (precios CABA). Tal vez habría que proponer que sostengan esos precios para los que perciben AUH y asignación familiar máxima (ósea salario más bajos).
Es decir, lo que faltan son ovarios y pelotas para decirle la verdad a la gente en lugar se decir lo que suena mejor para ganar la próxima elección sin pensar en las consecuencias, por ahora prefieren seguir tomándonos el pelo a todos.

Retornando un poco al análisis puntual de los números de nuestra economía vemos que cerrado el mes se agosto ya se puede decir que fue el mes con mayor depreciación en lo que va del año: 3,3%. Casi 17 centavos mas al 31 de julio.
En el año la depreciación alcanza el 15,3%. Algunos economistas de la derecha pedían una devaluación del 30/40%. Se acuerdan? Que dirán ahora?
Agosto cierra por encima de julio en el ritmo de depreciación. Justo en un contexto reciente en el que el real se apreció. Que implica esto?
Es sencillo. Si el peso deprecia contra el USD (deprecia significa que hacen falta mas pesos para comprar un dólar, es decir el dólar es más caro) y el real se aprecia contra el USD (aprecia significa que hacen falta menos reales para comprar un dólar, es decir el dólar es más barato) El peso gana competitividad vía precios contra el real.
El aumento de la competitividad vía precios es un shock de corto plazo dado que puede revertirse rápidamente.
Igual es una bocanada de aire fresco para las exportaciones industriales. Las cuales parte importante de ellas tiene como destino Brasil.
Veremos si se mantiene la apreciación del real y si es suficiente para ampliar las exportaciones nuestras a dicho país teniendo en cuenta lo que sucede hoy en la economía Brasileña