miércoles, 14 de agosto de 2013

Para El Cronista - Alternativas para la economía de transición entre las primarias y octubre



  


Matías Tombolini, Economista

El resultado del domingo pasado abre un abanico de opciones en materia económica que el Gobierno puede adoptar.
Mas allá de la profundización o no del rumbo, siempre es positivo brindar alternativas que se complementen con los diagnósticos puntuales que vemos a diario.
Dado los números de inflación de Junio y Julio queda claro que fracasó el congelamiento de precios sobre los 500 productos. Sin embargo, el amplio acuerdo previo, que tuvo vigencia entre febrero y mayo, sí tuvo resultados positivos ubicando la inflación por debajo del 19% en términos anualizados, lo cual demuestra que, al menos en el corto plazo, sería una medida para volver a implementar. Siempre que sea parte de un conjunto de medidas en lugar de algo aislado.
Como el INDEC carece de confiablidad, y por lo tanto no influye en la formación de expectativas; los resultados positivos de dicho acuerdo no pudieron ser capitalizados dado que lo agentes económicos continuaron esperando una inflación igual o superior al periodo anterior.
Esto nos lleva a la obvia recomendación de la reformulación del IPC, con una transición entre el actual y el IPC nacional que está siendo elaborado, con un IPC ‘transitorio’ que permita tener de inmediato una medición creíble en materia de precios. Lo mismo debería ocurrir en materia de medición en cuanto al crecimiento del PBI, ya que aún estamos a tiempo de desactivar un proceso similar al que tuvimos con el IPC, de este modo, podríamos mensurar correctamente esta variable, y probablemente nos libraríamos de abonar los mas de u$s 3500 millones del cupón PBI en 2014.
La reformulación de las estadísticas podría permitir delinear una estrategia factible de ordenamiento en el frente externo a fin de poder volver a los mercados internacionales para tomar crédito que financie tanto el crecimiento como los vencimientos de deuda por venir. Evitando así que continuemos drenando dólares de las reservas para pagar deuda, con el consiguiente correlato en el mercado de cambios por un lado, y permitiendo bajar el costo fiscal del financiamiento de las obras de infraestructura que hoy se sostiene sobre la base del esfuerzo fiscal que podría dilatarse en el tiempo. Retomar la holgura en materia de divisas permitiría plantear un sendero de recuperación de la competitividad de nuestra moneda en términos multilaterales y no solo de dólar, pero de forma controlada, sin sobresaltos y con el gradualismo que le gusta al gobierno y que ha demostrado en mas de 10 años de gestión.
En cuanto al cepo, y con un poco más de margen en las reservas, se podría intentar recorrer caminos nuevos que apunten a ubicar la brecha en torno del 10% como era en marzo de 2012, sin abandonar el espíritu del control del mercado de cambios.
Aquí retomo una propuesta que realicé en febrero de este año que tiene como eje volver a permitir el atesoramiento en dólares, que fuera prohibido desde julio de 2012, cuya prohibición además es conceptualmente es contradictoria con el blanqueo de capitales en curso.
La idea en este sentido es facilitar la venta de dólares al tipo de cambio oficial con la condición que, si AFIP autoriza la operación (igual que en marzo de 2012), los fondos que se obtengan de la compra de dichos dólares, deberán quedar depositados durante dos años para poder retirar los dólares billete, percibiendo por este depósito una tasa en dólares.
Sin perjuicio de ello, el depositante antes de los dos años podrá transferir la titularidad de dicho depósito para: abonar total o parcialmente operaciones inmobiliarias o de bienes muebles registrables o créditos bancarios en esa moneda; cancelar créditos bancarios vinculados con este tipo de operaciones (por ejemplo, hipotecarios, prendarios, etc); retirar dinero en efectivo en pesos al tipo de cambio oficial.
De este modo, quien recibe la transferencia de la titularidad del depósito por alguna de las causas antes mencionadas deberá esperar nuevamente dos años si desea disponer del dinero en efectivo, pero sí podrá utilizar este depósito, antes de dicho plazo, para lo mismo que se describió más arriba.
Los fondos depositados dos años, y en virtud de la potestad que tiene el BCRA desde la reforma de su carta orgánica, deberán ser dirigidos créditos a ese mismo plazo en dólares (con la modalidad de la transferencia, es decir que no recibirían los dólares billete pero si los podrían transferir) para financiar la construcción de viviendas. Canalizando de este modo ahorro privado en inversión privada. Sin que los dólares salgan del sistema.

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