miércoles, 11 de junio de 2014

Diario El Sol de Mendoza - Entre el Mundial y EEUU

Cada vez falta menos para que veamos rodar la pelota en el verde césped del Maracaná. En sólo unos días, la mayor parte del país estará frente al televisor, aguardando el sonido del silbato que dé comienzo al partido frente a Bosnia Herzegovina.

Para ese entonces, ya se conocerá, seguramente, la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos con relación al tratamiento de la apelación que realizó Argentina frente al fallo de la Cámara de Apelaciones del Estado de Nueva York, en el sentido de confirmar el fallo precedente del juez Griesa, que obligaba a nuestro país a abonar poco más de 1.300 millones de dólares a los fondos de inversión especulativos, también conocidos como fondos buitres .

Aquí enfrentamos escenarios múltiples que van desde el rechazo al tratamiento de la apelación hasta la posibilidad de pedir opinión al Gobierno federal norteamericano.

En todo caso, lo que realmente sería positivo para nosotros es que la decisión del máximo tribunal se estire hasta pasado el 31 de diciembre de este año, cuando vence la cláusula RUFO, que nos obliga a igualar cualquier oferta que hagamos a los buitres con las que recibieron aquellos que ingresaron en los canjes del 2005 y del 2010, es decir, abonarles a estos últimos la diferencia, lo cual sería extremadamente oneroso.

Transcurrido dicho plazo, podríamos encarar una negociación que permita cerrar ese frente y, a la vez, cumplir con todos los términos de emisión que tuvo la deuda reestructurada que hoy cotiza en los mercados internacionales bajo la forma de diferentes bonos.

Es justamente esta cotización la que refleja el rendimiento del dinero aquí, que se ubica en el orden de 10% al momento de escribir estas líneas (antes de la decisión de la Corte). Si la decisión fuera favorable (al menos a medias) y considerando los pasos que ya dio nuestro país en plan de retornar a los mercados de crédito internacional –el acuerdo con el Club de Paris, el arreglo de los juicios del CIADI, la cancelación del pasivo con Repsol y otras tantas medidas– lo que veríamos sería un descenso en el rendimiento mencionado, es decir, un aumento del precio de los bonos de la deuda argentina.

Concomitantemente, se consolidaría una tendencia alcista en el precio de los activos (acciones de empresas) y, probablemente, estaría el camino allanado para retornar a los mercados internacionales de crédito antes de finales de este año.

Recientemente se conoció un ranking que establece a Argentina como uno de los destinos más observados a la hora de pensar inversiones en países con riego moderado/alto, lo cual es comprensible dado el potencial de nuestra economía y los bajos que están los precios de los activos nacionales en comparación con los del resto de la región.

En este marco, la política incipiente del QE por parte de la Unión Europea y el sostenimiento de esta misma tendencia por parte de Estados Unidos y Japón, continúan proveyendo dinero muy barato en el mundo, lo cual favorece el flujo de dinero hacia los países en desarrollo, luego del parate en este sentido que se vivió en el 2012/2013.

De este modo, así como es evidente que en la actualidad atravesamos un contexto de altas tasas de interés locales, con elevada inflación y retracción del consumo y la demanda agregada, el mundo podría darnos la buena noticia que no nos brinda nuestra propia economía. Es decir, nos encontramos atravesando lo que podría ser la primera recesión moderna que no fue causada por elementos de la economía internacional, sino que se debe fundamentalmente a restricciones de política local, lo cual acorta los márgenes de maniobra de la gestión oficial, que es en gran parte responsable de la situación. Y dado que la misma no es tan mala como muchos pregonan, lo cierto es que ahora puede ser el mundo el que nos ayude a salir de una crisis en la que no nos metió.

Esta salida sería por la llegada de inversión extranjera directa y financiamiento internacional vía fondeo en los mercados y organismos internacionales, lo cual robustecería nuestras reservas y traería tranquilidad en materia del dólar, la tasa de interés y hasta la actividad económica, entre otras.







Para ello se tienen que dar algunas cosas que aún no sabemos en qué terminaran, pero lo cierto es que, cuando termine el Mundial, vamos a tener bastante claro no sólo cómo nos fue en el plano futbolístico, sino también cómo nos puede llegar a ir en lo económico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario