miércoles, 7 de enero de 2015

Para el Cronista - Deuda y políticas de Estado



El comienzo del año económico trajo como novedad la jugosa entrevista que brindó el ministro de Economía. Son diversos los análisis que se desprenden de sus declaraciones y vale la pena desmenuzarlas.

El dólar se fortalece en el mundo, y en un marco donde entre los países emergentes, en el último trimestre, nuestro tipo de cambio se retrasó fuertemente respecto de la mayoría de ellos como, Chile, Colombia, Uruguay y Brasil, la situación cambiaria se vuelve crucial.

En este sentido el ministro no descartó la posibilidad de modificar el tipo de cambio, toda vez que presentó una lectura clara sobre lo que sucede en la región y el mundo, respecto de la situación de precios relativos de donde deriva la principal fuente de divisas para nuestro país.
Desde ya que luego del impacto que tuvo la devaluación de enero de 2014, hoy un ajuste del tipo de cambio habría que hacerlo como una acción coordinada en el marco de medidas complementarias, buscando la menor traslación a precios posible.

Modificar el mínimo no imponible de impuesto a las ganancias o bien la tabla, tema central para la discusión paritaria del año en curso, sería una de las medidas, ya que con las actuales condiciones, los aumentos que los gremios deben pedir para lograr incrementos de bolsillo de sus afiliados, deberían ser muy elevados dado el impacto del impuesto sobre los salarios. Por parte de las empresas se debería buscar algún acuerdo de precios amplio que permita evitar que la inflación se acelere mas de la cuenta.

La caída del precio del petróleo en el mundo es, en este sentido, una muy buena noticia ya que podría amortiguar el impacto inflacionario de un ajuste cambiario si acuerda con las petroleras.

Al hablar del valor del dólar, uno de los elementos mas relevantes sin dudas, tiene que ver con la posibilidad de acceder a financiamiento internacional, sobre todo en un año donde operan vencimientos por mas de u$s 11.500 millones y si bien Argentina puede conseguir dólares en el mundo, lo cierto es que son pocos y caros.

El efecto concreto del estrafalario fallo de Griesa nos ha colocado en el Veraz del mundo, y esto el ministro lo sabe, al punto que por mas que defienda el intento de canje de finales de año pasado, los resultados indican que no colectamos ni el 10% de los fondos que salimos a buscar, con independencia del costo del financiamiento que resulta condición de segundo orden dado que la condición necesaria es que ese financiamiento exista y sea fluido.

Aquí es donde hicieron foco las entrevistas del ministro, dado que se centraron en la posibilidad que se abrió con la caída de la cláusula RUFO hace menos de una semana.
La idea de determinar un monto (Kicillof habló de u$s 6500 millones) a priori no parecería una buena estrategia dado que limita el margen de negociación antes de empezar. Pero eso quizá sea el efecto buscado.

Queda claro que si un ministro de economía, a pocas horas de vencer dicha cláusula, se toma el trabajo de dar entrevistas y se refiere a un tema, es sencillamente porque quiere comunicar algo. Y eso es lo que hizo. Él sabe perfectamente que si ofrece lo mismo solo encontrará una respuesta similar a la que encontró en el pasado. Habrá que ver si efectivamente una vez que se ingrese en los pormenores esto es literalmente así o con los detalles sobre la mesa, la propuesta cobra otro color.

En el marco de esta negociación resultará determinante ver como evoluciona la aplicación del fallo del juez neoyorquino, dado que existe la posibilidad concreta que termine por limitarse (como debería ser) solo a los bonos ley New York y no a los demás.

Otro de los aspectos que resultan sumamente importantes tiene que ver con los incentivos para negociar de cada una de las partes. En lo que hace a los buitres, parece claro que no tienen mucho apuro, y esto obedece a que mientras no cumplimos, corre a favor de estos un reloj que cual taxímetro carga suculentos intereses y punitorios a la cuenta. Así, la perspectiva de acordar con el gobierno siguiente determina un escenario donde los buitres perciben que en un año podrán sentarse a discutir con otras condiciones y partiendo de un monto muy superior.

Esto abre una ventana de oportunidad para trabajar en algo que hace mucho no se ve: políticas de estado. Es decir, si el gobierno pudiera convocar a un amplio debate en busca de consensos respecto de hasta donde se puede avanzar en la negociación con los buitres y el resto de los holdouts, esto permitiría colocar una cota a las aspiraciones de los especuladores y darle un marco a la negociación que hoy no tiene, dado que los buitres tendrían una limitación concreta de la que hoy carecen.

Claro que para lograr este consenso, cuyo lugar natural es el Congreso Nacional, serían necesarios tanto la voluntad de debatir sin imponer por parte del oficialismo como la vocación de plantear soluciones reales y no costosas por parte de la oposición, dos actitudes que hasta aquí se han visto muy poco.

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