jueves, 2 de agosto de 2012

Portfolio Personal - Deuda Eterna (segunda parte)

Cada vez falta menos para el pago del RG12. Se acerca el "Dia de la independencia económica" como dijo el Ministro de Economia Hernan Lorenzino. ¿Será así? Lo dudo, pero sin embargo siempre es una buena idea saber cómo llegamos a deber lo que debemos, al menos a grandes rasgos. Por @matiastombolini.
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Habíamos concluido la columna anterior en 1890, año en que la Argentina se encontraba imposibilitada de hacerse cargo de la deuda. Este modelo económico demostraba su falta de sustentabilidad ya que, al no poder generar las divisas necesarias, se veía obligado a recurrir continuamente al crédito externo y a afrontar la pesada carga de los intereses.
Durante la presidencia provisional de Carlos Pellegrini, el plan para hacer frente a esta crisis financiera, consistió en frenar esta ola de pedidos de empréstitos a los países centrales y cambiar la forma de financiamiento.

Desde Gran Bretaña y el resto de los países acreedores, se estaba ejerciendo una presión muy fuerte al país para que éste asumiera sus compromisos.

La crisis que se originó en la época de Juárez Celman dejó un sistema bancario desvastado donde quebraron las entidades más importantes de la época (Banco Nacional y Banco Provincia, entre otros). Es así que Pellegrini recurre a nuevo empréstito y funda el Banco Nación.

Pero a pesar de los esfuerzos, el modelo económico seguía girando en torno los grandes exportadores de granos, que obtenían grandes riquezas para ellos, pero migajas para el país; con una balanza comercial que durante todo el período fue negativa, una fuerte remisión de utilidades al extranjero, los bajos precios de las exportaciones, los altos precios de las importaciones, el drenaje por servicios de deuda, los gastos de turismo de la clase alta, los diversos servicios como fletes y seguros, que estaban en manos de empresas extranjeras, y utilidades giradas al exterior que endeudaban a la Argentina cada vez más.

Antes de la llegada de Yrigoyen al poder en 1916, la Argentina estaba endeudada por 121 millones de libras; un 50% más de lo que debía en la época de la segunda presidencia de Roca, en 1904.

En la primer etapa de Yrigoyen al poder, la Argentina no toma nuevos empréstitos y de hecho las buenas cosechas y los altos precios de los productos agropecuarios (a causa de la Primera Guerra Mundial) y un aumento de la producción industrial que permitió sustituir importaciones, marca una recuperación del país en materia de deuda. Durante su primer mandato, la deuda se redujo a 101 millones de libras, es decir poco menos del 20%.

La balanza de pagos durante el mandato de Alvear fue siempre desfavorable. En esta etapa el endeudamiento se basó en aumento de las importaciones, remuneración de todos los capitales invertidos en Argentina, el servicio de la deuda pública en manos de extranjeros, los dividendos e intereses de títulos de ferrocarriles y otras sociedades de acciones, fletes y seguros, envíos de dinero hechos por los inmigrantes a sus familias en el país de origen y los gastos de turismo. Hubo un aumento del 40% de la deuda hasta dejarla en 143 millones de libras.

La década del '30, conocida también como la década infame, estuvo caracterizada por pedidos permanente de empréstitos a Estados Unidos y Gran Bretaña. En pocos años la deuda ascendería a casi 150 millones de libras Un hito particular de esta época es el Tratado Roca-Runciman, por el cual nuestro país contrae un nuevo préstamo por algo más de 13 millones de libras. Se trata de un empréstito dirigido a liberar utilidades bloqueadas de empresas inglesas en Argentina que no podían girarse por carencia de divisas, de manera tal que un 70% de ese préstamo pasó directamente de la Bolsa de Valores de Londres a las arcas de las casas matrices de las empresas ferroviarias, bancarias, comerciales, etc.

También legitimó a los frigoríficos anglo-norteamericanos para que controlasen el 85% de las exportaciones de carne. Asimismo, el gobierno argentino aseguró la libertad de importación del carbón y otras manufacturas inglesas, y se comprometió a dar un trato benévolo a las inversiones británicas.

Sólo la Segunda Guerra Mundial pudo salvar a la Argentina del descalabro económico. A partir de esos años, la balanza comercial y la de pagos de esos años continúan arrojando saldos favorables, especialmente por la disminución de importaciones.

La deuda que a fines de los '30 era de casi 150 millones de libras, cae en 4 años de guerra a 80 millones.

En 1946 asume Perón como presidente y entre 1946 y 1948 se concretan pagos al exterior por U$S 264 millones quedando cancelada la deuda hasta 1950. Esto se debió a las grandes cantidades de reservas acumuladas sobre la guerra, pero también, es preciso recordar otros aspectos de esta política dirigidos a disminuir el drenaje de divisas para favorecer el crecimiento de las fuerzas productivas. Asimismo, varias empresas de servicios públicos son recuperadas, pasando de manos de capital extranjero a poder del Estado.

Al producirse el derrocamiento del gobierno peronista, la deuda argentina alcanzaba los u$s 757 millones derivada de Uso de Convenios Bilaterales, importaciones de pago diferido y deuda pendiente con bancos de exportación e importación internacionales.

Durante el gobierno de facto, Aramburu acepta la incorporación de Argentina al FMI y Banco Mundial. El gobierno de la Revolución Libertadora aplica un modelo económico de corte liberal: en el momento en que asume la presidencia Frondizi, la deuda había escalado a u$s 1.051 millones.

Este gobierno resultaría continuador del peronismo en el sentido de que apoyaba la integración de empresarios y trabajadores para el impulso de una Argentina Moderna, sostenida con un gran frente nacional, pero se encuentra con el rostro real del Imperialismo.

Frondizi se ve obligado y sitiado por varios sectores económicos asociados con la oligarquía y sectores militares. Finalmente, termina aceptando un acuerdo con el FMI que lo obligaba, a reducir el 15% de los empleados estatales, paralizar obras públicas, libertad de precios, aumento de tarifas de servicios, etc. El fin de su mandato deja una deuda de U$S 1.9K millones.

El breve interregno de José María Guido es contundente: una mega-devaluación (el dólar pasa de $82 a $120) y una reducción de la participación de los trabajadores en el ingreso nacional que va del 50% al 35% en cuestión de meses. Guido paso un par de meses por la Rosada pero dejó una deuda de U$S 2.1K millones.

En el '63, asume Illia. Sus años de gestión se caracterizan por centrar la solución de los problemas económicos en el crecimiento de las exportaciones agropecuarias. Durante su mandato mejoraron los términos de intercambio para la Argentina y las condiciones climáticas fueron muy favorables.
En esta época, no se contraen nuevos préstamos ni se aceptan imposiciones del FMI. La deuda cae a U$S 1.7K millones.

El régimen democrático se ve nuevamente interrumpido, esta vez de la mano del General Juan Carlos Ongania. El nuevo gobierno, instala en el Palacio de Hacienda a un hombre de los sectores más liberales y conservadores: Adalbert Krieger Vasena. Se aplicaron fuertes medidas de corte ortodoxo: una fuerte devaluación, suspensión de los convenios colectivos de trabajo, la sanción de una ley de hidrocarburos que permitía la participación de las empresas privadas en el negocio del petróleo y la sanción de la ley de alquileres que facilitaba los desalojos. Se suspendieron los aumentos de salarios por 2 años, se congelaron las tarifas públicas y de combustibles y se estableció un acuerdo de precios con empresas líderes.

Durante ese proceso militar de Onganía, se produce el negociado de Aluar, mediante el cual se entrega la producción del aluminio a un conjunto de aventureros que hicieron un gran negocio a expensas de los recursos del Estado. En Aluar se produce uno de los primeros casos de cuantioso endeudamiento privado que será asumido por el estado.

En el ocaso de este gobierno, crecimiento de la deuda externa había sido del 21,1% llegando a un total de U$S 3.9K millones.

En materia económica, durante el gobierno del General Lanusse, se continuó con la política de endeudamiento.



Perón nombra ministro de Economía en el 73, a José Ber Gelbard. El nuevo ministro proponía una activa participación del Estado en la actividad económica, mediante la nacionalización de los depósitos bancarios, el control de las exportaciones a través de la junta de carnes y cereales, el control del estado en sectores claves como el transporte, la energía y la promoción de actividades industriales con autonomía del capital norteamericano.

Durante toda su gestión no hubo endeudamiento externo, y no solo eso, sino que Argentina otorgó préstamos a otros países de Latinoamérica.

A partir del '73 se da en el mundo la primera crisis del petróleo. Argentina no escapó a la inundación de los "petrodólares". Ésto generó un gran cambio en el destino de la inversión, pasando de una productiva a una basada en la especulación.

Tras la muerte de Perón, con el nuevo gobierno de signo derechista, la economía argentina sufre graves daños con una inflación galopante, la paralización de las inversiones de capital, la suspensión de las exportaciones de la carne a Europa y el inicio incontrolable de la deuda externa. La deuda externa ya no tiene control. Al inicio del Proceso de Reorganización Nacional ascendía a U$S 9.1K millones.

La Primera Junta militar que encabezó el golpe del '76, designa como ministro de economía a José Alfredo Martínez de Hoz. Durante el gobierno de facto se pusieron en practica una serie de reformas económicas, destinadas a desmontar el Estado de Bienestar, des-industrializar, concentrar la economía argentina y a fomentar el sector financiero y la concentración de tierras en manos de los grandes estancieros.

Experimentan una radical liberalización financiera. La famosa 'bicicleta financiera' sirvió para enriquecer a unos pocos a costa del resto de la sociedad.

En este momento histórico fue que el Estado Nacional comenzó a utilizar como herramienta de endeudamiento a las empresas nacionales. Dichas empresas pedían prestamos a organismos internacionales de crédito por orden del BCRA; estos dólares ingresados al país quedaban en manos del Banco Central y la empresa que había solicitado el préstamo recibía el equivalente en pesos. Es decir que las empresas eran utilizadas como prestatarias del crédito externo.

La deuda pasó de U$S 9.7K millones a U$S 27.1K millones en 1980. Todo un síntoma del desastre de dicho gobierno.

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