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PARTE 3
Soy economista, consultor, docente universitario de la UBA y papá. Acá vas a poder encontrar una visión diferente en temas del ámbito económico, referidos a la realidad nacional, regional o internacional y algunas cositas mas. Con una mirada analítica académica y un lenguaje destinado no sólo a especialistas. Bienvenid@s a leerme y te invito a que comentes tus consultas, dudas y/o sugerencias.
martes, 27 de diciembre de 2011
lunes, 19 de diciembre de 2011
Diez años de un par de días de horror
3 años antes (en 1998) se presentaba la “carta a los Argentinos” surgida del trabajo conjunto de muchos profesionales (hoy dispersos tanto en la oposición como en el Kirchnerismo militante)
En números la carta contenía según cuentan las crónicas de los medios de la época[1]:
136. Los enunciados.
7. Los títulos.
34. Las carillas.
5. Las firmas.
5. Las comisiones de trabajo.
25. Los integrantes de las comisiones.
29. Las entidades que hicieron aportes.
1. El lugar de reunión: el IPA.
2. Las postergaciones que tuvo la presentación, prevista originalmente para finales de junio y luego de julio de .
1. El lugar de presentación: Hotel Bauen.
300. Los que asistieron a la presentación.
Las principales promesas para el futuro gobierno, eran:
* Los ministros, secretarios y subsecretarios deberán presentar su declaración de bienes antes de asumir el cargo. Los datos estarán a disposición de la gente.
* Se mantendrá la convertibilidad.
* Se respetarán las privatizaciones realizadas.
* La economía tendrá una tasa anual de crecimiento de 6%.
* La desocupación caerá al 6% en cuatro años.
* Habrá un nuevo régimen de coparticipación federal.
* Se devolverá en tiempo y forma el IVA a los exportadores.
* Los reintegros a las exportaciones no serán gravados con el impuesto a las ganancias.
* Se incentivará a las pymes mediante líneas de crédito.
* Se promoverá la negociación colectiva de trabajo en todos los niveles.
* Se aumentará el presupuesto destinado a la educación.
* Se elevarán progresivamente los salarios de los docentes.
* Habrá incentivos para las empresas que contraten a desocupados.
* La Justicia utilizará el juicio por audiencia.
* Se alentará la instalación de una Justicia de carácter vecinal.
* Se instalará una sólida red de atención primaria de la salud.
* Se impulsará la solución pacífica al reclamo de soberanía sobre los archipiélagos del sur y al diferendo por los hielos continentales.
* Las Fuerzas Armadas no tendrán como misión la intervención en tareas de seguridad interior.
El 10 de diciembre de 1999 asumía un gobierno que en los planes pretendía ser el comienzo de una era progresista y que terminó cerrando el peor ciclo neoliberal de la historia del país.
La verdad es que todos creímos que seria una nueva era en la argentina, y nos equivocamos. Estábamos en las puertas de una nueva desilusión. Ya que mas allá de lo bueno o malo de un gobierno, nos seguían tomando el pelo. Mientras en campaña se decía una cosa y al momento de gobernar se practicaba otra.
Escuche a Duhalde decir que no hay más mentiroso que político en campaña, también escuche como sus acólitos festejaban el comentario. El 19 y 20 de diciembre de 2001 pudimos ver que no todo es una joda, que cuando se hacen las cosas mal la gente se muere. Literalmente.
Que otra cosa cabe pensar si pensamos en la ¨carta a los argentinos¨ y luego vimos como Domingo Cavallo se hacia cargo de una economía que solo se esforzaba por cumplir los postulados del consenso de Washington.
Eso fue un genocidio, guste o no. De ahí en adelante podemos creer entender las cosas pero la verdad es que los muertos del 19 y 20 quedaron en la memoria colectiva y deben ser honrados porque ellos representan a muchos, a ciento o miles de muertos mas, que cayeron silenciosamente.
Madres y padres, abuelos, tíos, vecinos, conocidos, era un tiempo donde había un desempleado en cada hogar. Tiempos donde se murió mucha gente que ni supo qué la mato, por acción u omisión, un proyecto político nacido en 1976 que tuvo un breve (pero para nada exitoso) interregno durante un periodo del gobierno de Alfonsín.
Cuantas vidas costo el cierre de las miles de fabricas en esos años? Cuanto gente se murió porque veía como sus sueños se hacían humo mientras el Menemismo derrochaba glamour? Cuanta gente se murió cuando le dijeron que otra vez, desde 1989 se quedaban con sus ahorros? Cuanta gente se murió luego de ir una y otra vez a las 4 de la mañana a la cola para conseguir un trabajo que le negaban nuevamente? Cuantos fueron los que murieron victimas de las desesperanza? Cuantas mesas vacías de aquellos años fueron caldo de cultivo de los muertos de la inseguridad de hoy?
Es cierto que el cacerolazo fue una expresión de la clase media, indignada porque le metían la mano en el bolsillo. No se puede negar que quien golpeaba la cacerola era porque tenia ahorros que había perdido, de modo que antes había podido ahorrar y por lo tanto no le faltaba parta comer, como a la otra a gran parte de la población en ese momento. Es cierto que las cacerolas sonaban tanto en Mataderos como en Barrio Norte. Es cierto que en la plaza había mucha chica con taco de charol y mucho muchacho con camisa y corbata de marca.
También es cierto que medio país ya se encontraba sumergido en el desesperanza, que los muertos y los que pusieron el cuero eran “los pibes”. Que los hijos del desempleo solo veían como les mentían otra vez. Que no había trabajo y se escribían normas para que fuera mas fácil despedir a los que ya lo tenían.
Nuestro país que se afirmaba en una marcha de dos velocidades y se partía inexorablemente entre una sociedad visible y otra que no queríamos ni queremos ver. Esos sobrevivían día a día con la panza vacía.
En esos días del ¨que se vayan todos “ me toco ver como la gente se concentraba en el congreso en la noche del 19, como nos corría la policía por ser culpables del delito de “cantar” y “putear”, como mataban a un mártir inocente en las escalinatas del congreso. No lo vi por la Tele, no me lo contaron. Estaba ahí.
El 20 de diciembre el país estaba ciertamente a la deriva, Cavallo había renunciado y el presidente se aprestaba a hacerlo, no sin antes llevarse a cuestas unas decenas de muertos mas. No hay excusas. Ese hombre debería estar preso. Ya que no importa si dijo a tal o cual “disparen!!” simplemente era el máximo responsable político de un gobierno que termino de aniquilar los sueños de una generación. Y lo hizo con la policía montada dispersando la gente en la plaza de mayo mientras los uniformados alternaban balas de goma con las de plomo, las del los “70`s”. No hay lugar para las explicaciones. Se fue en helicóptero, y fue un nuevo símbolo de la vergüenza nacional.
Lo increíble de ese tiempo es que luego termino gobernando Duhalde, después de una sucesión interminable de presidentes que fue mas parecida a una comedia de enredos que a un orden democrático donde se juega la vida de la gente.
Seamos claros, como sociedad hace ya muchos años decidimos darnos una organización que supone que le cedemos una parte de nuestra libertad al estado (y por eso no estamos organizados bajo un orden anárquico) a fin de que el nos brinde protección y cierto ordenamiento Eso es un “pacto” que establecimos hace mucho como sociedad, y que no es ni mas ni menos que LA CONSTITUCION NACIONAL.
Durante el siglo 20 hemos tenido largos intervalos donde ese orden constitucional fue dejado de lado a fin que prevalezca un orden de otro tipo, digamos por la fuerza.
El 19 y 20 fueron un punto de quiebre en la sociedad argentina ya que no estábamos debatiendo que tipo de orden queríamos sino que queríamos hacer con el orden que habíamos elegido. Y casi regresamos al pasado, donde la fuerza ordenaba las ideas.
No se trata aquí de hacer un análisis de lo que vino después, porque no es la idea. Sí podemos decir que la siguiente vez que nos toco votar, en 2003 votamos a….. Carlos Salúl Memen (si con “n”) por encima de los otros candidatos.
Luego de esos días pudimos asistir a un país donde la economía se sumergido en la miseria, donde el trueque era un forma habitual de intercambio y donde juntar cartón en la calle se volvió una nueva forma de vida.
Un país donde el mismo hotel donde se había presentado la “carta a los Argentinos” era y seria desde entonces, una “empresa recuperada” donde los trabajadores se hicieron cargo de un emprendimiento y donde el objetivo ya no era ganar dinero (como cuando se presento la “carta”) sino simplemente comer.
jueves, 15 de diciembre de 2011
lunes, 12 de diciembre de 2011
Subsidios
Antes que analizar cual es la situación económica y política a raíz de la quita de los subsidios, creo seria de mucha ayuda aclarar que es un subsidio. Se trata de una prestación pública asistencial de carácter económico.
Se utiliza como un medio para estimular el consumo o la producción, o de una ayuda que se brinda por un periodo determinado. Podría definirse al subsidio como la diferencia entre el precio real de un producto o servicio y el precio que paga el consumidor para acceder a dicho producto o servicio. En estos casos, el gobierno aporta subsidios a las empresas para evitar que suban los precios o tarifas.
Básicamente esta es la definición de lo que es un subsidio; y visto de esta forma tiene sentido que hayan existido pero tiene también mucho sentido que comiencen a desaparecer.
Reseña de la historia reciente:
Haciendo un poco de historia, a fines de los ’80, el país se encontraba en una crisis que también abarcaba al sector energético. Con la salida económica que brindo la convertibilidad y el paquete neoliberal (dentro de los cuales se encontraba el proceso de privatización), la capacidad de generación del país aumento un 75%, lo cual derivo en una caída prominente del precio de la electricidad (de US$49 por Mwh en 1992 a US$23 por Mwh en 2001). Sin embargo, con la crisis del 2001, las tarifas de electricidad fueron "pesificadas y congeladas". Esta situación junto al elevado nivel de inflación y a la fuerte devaluación del peso ha causado un gran desequilibrio económico financiero en las compañías del sector dado que muchas de ellas han contado con elevados niveles de deuda en moneda extranjera con acreedores del exterior. En ese contexto sumado a la caída del salario real de la población, un alto índice de desempleo; la existencia de subsidios ERA NECESARIA.
Las tarifas eléctricas en Argentina son muy inferiores al promedio de América Latina. En 2004, la tarifa residencial media era de 0,0380 US$ por kWh, muy similar a la tarifa industrial media, que fue de 0,0386 US$ por kWh en 2003. Los promedios para América Latina fueron de 0,115 US$ por kWh para usuarios residenciales y 0,107 US$ por kWh para usuarios industriales.
En agosto de 2008, y tras un periodo de 7 años de congelamiento, las tarifas eléctricas residenciales en el área metropolitana de Buenos Aires (servida por las distribuidoras Edenor, Edesur y Edelap) experimentaron un incremento de entre el 10% y el 30% para hogares que consumen más de 650kWh cada dos meses. Para consumos entre 651kWh y 800kWh, el incremento fue del 10%; siendo del 30% para los usuarios en la banda alta de consumo (más de 1,201kWh cada dos meses). Esta subida de tarifas afectó aproximadamente al 24% del total de clientes de Edenor, Edesur y Edelap (1.600.000 hogares). El incremento para el sector comercial e industrial fue del 10%.
Situación Coyuntural:
Con la eliminación de los subsidios a la energía, lo que se busca es no afectar a los consumidores de menor ingresos, aunque si perturba los costos de empresas y grandes usuarios, o definitivamente, usuarios de barrios pudientes. El rehén de esta restructuración del gasto (ajuste, es otra cosa) no es ni mas ni menos, como se prevé, la clase media. Dado que los hogares más humildes no se ven afectados por las medidas y los jubilados pueden pedir el subsidio; los hogares más pudientes, no se ven afectados tampoco por la capacidad de pagos; el único que debe adaptarse y, tal vez, modificar sus patrones de consumo es la clase media.
Esta claro que lo que intenta hacer el gobierno con este recorte de subsidios es achicar el creciente gasto público. No parece haber propuestas superadoras sobre el destino de dichos fondos extras; el caso es que el gobierno no los considera como fondos extras sino como una masa de recursos que si no son recortados pueden traer complicaciones en la solvencia fiscal futura. Si bien no ha habido metas oficiales sobre lo que se desea ahorrar, se estima que rondaran los 20.000 millones de pesos (todo en concepto de subsidios al agua, gas y electricidad) sobre un presupuesto para 2012 de 75.000 millones de pesos; es decir supera el 25% de la partida. El primer paso es ahorrarse cerca de 600 millones de pesos al quitarse los subsidios de agua, luz y gas en bancos, financieras, seguros, telefonía celular, juegos de azar, mineras, aeropuertos y puertos. Las empresas alcanzadas en esta primera tanda pagarán más de 100% por la electricidad, con precios diferenciados según franjas horarias y no por nivel de consumo.
Por otro lado, el gobierno deberá tener muchísimo cuidado para que el recorte de estas partidas, que impactan de lleno a una industria heterogénea con sectores más dinámicos que otros, no se vea trasladado a los precios y generar un fenómeno similar a la estanflación. Para el caso de la electricidad, el precio mayorista no subsidiado pasa a costar entre $ 245,18 y $ 254,49 el MWh (una suba de entre 48 y 51%). El gobierno se ahorrará de subsidiar al sector industrial una suma cercana para el ejercicio 2012 (si antes no anuncia mas recortes) de casi $4100 millones de pesos.
Sin embargo esta no es la suma total que dejara de desembolsar el estado, ya que en una segunda etapa se descongelaran las tarifas a ciertas áreas residenciales (todas ellas, zonas residenciales de altos ingresos en CABA y Zona Norte) y se les retirara el subsidio. Dadas estas medidas, el gobierno logra evitar un desembolso del 6% del dinero de la partida de subsidios a los servicios; algo así, como $5000 millones.
En otras zonas, les llegara en enero un formulario que podría juzgarse como una declaración jurada para recibir el subsidio en el que se deben cumplir alguno de los 12 puntos que aparecen; como ejemplo, cobrar la jubilación mínima, recibir un plan social, tener certificado de discapacidad, habitar una vivienda precaria y contar con ingresos "insuficientes" para pagar la tarifa plena, etc.
La realidad es que la quita diferenciada de subsidios parece buena no solo en términos económicos, para achicar lo que será un claro déficit fiscal en 2012 y para invertir en actualizar y diversificar la matriz energética; sino también, no podemos ocultarlos, fue bien jugadas en términos políticos, anunciando una medida totalmente antipopular en los primeros meses de un mandato que fue consecuencia del 54% de los votos. No podemos hacernos los distraídos en cuanto a que la clase media y alta están, en mayor o menor medida, en condiciones de afrontar tarifas sin subsidios; básicamente están en situación de pagar lo que corresponde pagar.
Las repercusiones económicas para 2012 también pueden vislumbrarse; siendo la clase media la principal damnificada y en mucho menor medida el sector de ingresos altos, habrá un consumo muchísimo menor, tirando el PBI para abajo, que en estos últimos años, en sintonía con lo que el oficialismo diagnosticó en la ley de presupuesto 2012.
Destino de los subsidios:
Esta claro que hoy la matriz energética argentina tiene ciertos desequilibrios y desbalances. Principalmente depende de dos fuentes de energía, las cuales son el gas natural y el petróleo (47% y 41% del total de oferta interna) dejando muy relegados fuentes energéticas como la energía hidráulica, nuclear y eólica (que representan el 5%, 2% y menos del 1%).
El petróleo, gas natural y carbón mineral, son de carácter no renovable; es decir que a medida que se van consumiendo disminuyen sus reservas sin posible reposición, salvo que se descubran nuevos yacimientos. Esto último si ocurre, aunque lo que se descubre es menos de lo que se consume y generalmente su explotación requiere tecnologías más complejas y costosas, ejemplo de lo cual es la extracción de petróleo en los mares. Sin embargo, es necesario llevar a cabo políticas de exploración y explotación en el territorio argentino dado que las empresas energéticas en manos de los privados han dejado de lado ese rubro para explotar y capitalizar los yacimientos disponibles. La realidad que cerca del 90% de la energía que consumió el país es de carácter no renovable, por ende, es necesario invertir en energías renovables como la energía hidráulica o nuclear.
La generación de energía no renovable en el país muestra signos de preocupación. La producción de petróleo comenzó a declinar desde 1998 para bajar más de un 25% y la de gas natural, aunque esta en una posición mejor, bajo desde 2004 un 3%; el hecho es que este tipo de energías descienden su producción pero no su consumo por lo que la diferencia debe importarse.
Como dato de color, puede observarse la matriz energética brasileña que tiene el 45% de generación de energía, renovable. Siendo justos, cabe decir que poseen porcentajes muy alto en leña y caña de azúcar y derivados (10% y 18% respectivamente), las cuales Argentina no puede utilizar en esas proporciones.
La energía nuclear en la Argentina tiene su historia con la creación del CNEA( Comisión Nacional de Energía Atómica), la cual se utilizo como bunker de la investigación y desarrollo argentino en materia de energía nuclear. A raíz de sus estudios se abre en 1974 la central nuclear Atucha I (aportando alrededor de 360 MW) y 1984 la central nuclear El Embalse (aporta 650MW). En 1979 se proyectó una tercera, la central nuclear Atucha II. La construcción se inició en 1981. Sin embargo, el trabajo avanzó lentamente debido a la falta de fondos y se suspendió en 1994 con un 81% de la planta construida. En 2003, se presentaron los planes para completar los 692 MW de Atucha 2. En agosto del 2006, el gobierno anunció un plan de EE.UU. de 3500 millones de dólares para desarrollar la energía nuclear en Argentina. Se trataba de terminar Atucha 2 y extender la vida útil de funcionamiento de Atucha 1 y Embalse. El objetivo era que la energía nuclear formara parte de una expansión de la capacidad de generación para satisfacer la creciente demanda.
En sus más de 30 años de exitosa operación, las centrales nucleares argentinas han generado más millones de Kwh. de energía limpia, confiable y segura. En ese período se utilizaron suficientes toneladas de Uranio, con lo que se evitó la contaminación ambiental producida por la liberación de los gases de efecto invernadero CO2. Es decir, muy a pesar de lo que recuerde la humanidad sobre la energía nuclear, la misma es energía limpia, segura y renovable.
La producción de energía eólica manifiesta un notable crecimiento a partir de la construcción de parques eólicos, que aprovechan, principalmente, los vientos de la Patagonia y la Provincia de Buenos Aires para la generación de energía renovable. Nuestro país posee las condiciones naturales óptimas para la generación de energía eólica –vientos constantes y uniformes en distintas partes de su territorio, principalmente en el sur argentino-; por ende, el estado debería tener un plan de políticas proactivas la creación de instituciones encargadas de promover el desarrollo de la actividad (no obstante se han creado instituciones como la Asociación Argentina de Energía Eólica y la Cámara Argentina de Generadores Eólicos), y la fuerte inversión en proyectos eólicos (ejemplo de esto debe ser la construcción del Parque Eólico Malaspina, en Chubut), convierten a la Argentina en el lugar ideal para la producción de este tipo de energía renovable.
En cuanto a la energía hidráulica, las centrales que más se destacan son las de Yacyretá, con una generación de 11500GWh, Salto Granda y Piedra del Águila (6800 y 5500GWh respectivamente). En la Argentina, el aprovechamiento de este tipo de energía es aún reducido frente a la magnitud del recurso. Las obras de mayor envergadura se encuentran en la cuenca del Plata y son binacionales. El resto de las represas importantes se encuentran en el ámbito montañoso o sobre los ríos que se alimentan del deshielo como El Nihuil I, II, III; Agua del Toro; Los Reyunos en Cuyo, y El Chocón, Alicurá, Arroyito y Futaleufú en la Patagonia.
Entre sus ventajas se puede mencionar que es un recurso autorrenovable, no contaminante y además los embalses pueden ser reguladores de los caudales de los ríos y disminuir así los efectos de crecidas violentas. Por el contrario, altera el normal desenvolvimiento en la vida biológica (animal y vegetal) del río, las centrales de embalse tienen el problema de la evaporación de agua (en la zona donde se construye aumenta la humedad relativa del ambiente como consecuencia de la evaporación del agua contenida en el embalse), en el caso de las centrales de embalse construidas en regiones tropicales, estudios realizados han demostrado que generan, como consecuencia del estancamiento de las aguas, grandes focos infecciosos de bacterias y enfermedades.
Como se puede observar, hay alternativas para cerrar la brecha entre lo que se produce y lo que se consume (en primera instancia) y también hay alternativas para, una vez subsanado el diferencial de consumo, comenzar el reemplazo de energías no renovables que además de su futuro agotamiento, son caros. Sin ir mas lejos, el país deberá desembolsar U$S 5500 millones en concepto de las importaciones de gas, tanto en barco como de Bolivia.
miércoles, 7 de diciembre de 2011
Nota Revista Planetario
Misión no imposible
Por Gabriela Baby¡Comprame, comprame, comprame! Si el capricho se mezcla con el consumo, es hora de empezar a pensar con los chicos algunas nociones prácticas de economía. El economista Matías Tombolini investiga las delicias y sinsabores de la economía orientada a cabezas infantiles. Y da algunas pistas para salir bien parado de demandas, necesidades, insatisfacciones y valoraciones posibles.
Más allá del poder adquisitivo de cada familia, las elecciones de consumo y la importancia que cada uno le dé al dinero, hay ciertas nociones y prácticas indispensables para orientar a los chicos en el aparentemente complicado tema de la economía. Matías Tombolini habla de valor, trabajo, ahorro, consumo, inflación, y sobre cómo acercar estos temas a los chicos.
¿Qué se le puede explicar a un chico sobre el manejo del dinero?
Yo parto de una división por edades. En la primera etapa -dos y tres años- la relación con el dinero la empezamos a trabajar desde los juegos. Vos le das al chico algo y él te da algo a cambio. Se trata de intercambiar un bien por otro. Para esto hay que generar un medio de cambio: un papelito, una moneda de plástico, una piedrita. A partir de este juego, el chico empieza a entender que para poder adquirir un objeto tiene que desprenderse de otra cosa. Después empiezan a hacer equivalencias: un autito = cuatro piedritas, por ejemplo, pero una figurita = una piedrita. Es distinto del concepto de trueque, porque en el trueque se intercambian mercaderías. En cambio, el dinero cumple el rol de ser un medio simbólico, un medio de cambio aceptado por todos.
¿Cómo generar la idea de valor?
El concepto de valor se consolida relacionando la importancia que puede tener para un chico un juguete, ropa o lo que fuere. ‘¿Te gusta este juguete?' Sí. ‘¿Es importante para vos?' Sí. ‘Entonces, tiene valor'. ‘Y esta muñeca, ¿por qué no la usas? ¿Te gusta, es importante?' No tanto. ‘Entonces, no tiene tanto valor’. Es así de sencillo: el ABC de la economía. En la medida que tomamos conciencia del valor, tenemos idea de que a las cosas hay que cuidarlas. Y en la medida que cuidamos las cosas aprendemos a hacernos cargo de lo que nos gusta y lo que nos pasa.
La edad de los números locos
Siguiendo el esquema de las edades, ¿cuando entran a la primaria el juego de la economía podría plantearse de otra manera?
A partir de los 6, 7 años los chicos empiezan a manejar los números y pueden empezar a conocer los precios de las cosas. Cambiamos las piedritas por la expresión en pesos. Y aparece otro gran tema que es la administración propia del dinero. Cuando uno da dinero a un chico para que administre, lo fundamental es que no lo pierda. Y si lo pierde, que asuma las consecuencias: no hay más, hasta que le vuelva a tocar cobrar su mesada. Pero también hay que entender la noción del tiempo que tienen a cada edad: a veces, darles dinero para que lo administren por más de 48 horas es mucho. Entonces, acorde a las edades y a la posibilidad de manejar el tiempo, se hará la mesada. Más o menos a los 10 años, el chico puede administrar el dinero extra, que va a usar para comprarse lo que él quiera. Ojo: si quiere ir al cine y no le alcanza, se le puede dar la diferencia. Pero lo importante es que esta mesada se da en un momento de la semana y la administra él.
¿Qué pasa con los gastos que no son extras, como por ejemplo los útiles escolares, que los chicos suelen perder? ¿Cómo enseñarles a dar valor a esas cosas que igualmente papá o mamá las van a comprar?
Hay un ejercicio muy interesante para hacer con los chicos a partir de los 11 años. Cuando a principio de año llega la lista de la escuela con todo lo que van a usar durante el año, el adulto puede hacer el presupuesto inicial con el chico: suma los precios de todo lo pedido, saca un total y le propone ir juntos a comprar o ayudarlo a conseguir todo lo que necesita –usado, reciclado- a cambio de quedarse con el vuelto. ‘Mochila del año pasado, podés usar. El libro se puede conseguir usado. Se pueden reciclar los lápices y la cartuchera, si están en buen estado’. La condición es que el chico arme su kit para empezar el colegio y que el adulto acompañe en las compras necesarias. Normalmente sucede que el chico ahorra: se queda con el vuelto. Busca libros más baratos, revaloriza la mochila usada y ahorra. Y además sacrifica algo por otra cosa: sacrifica mochila nueva para comprarse otra cosa. Bien concreto.
¿Qué otros juegos domésticos se pueden implementar para introducir temas de la economía con los chicos?
Otro ejercicio interesante es cocinar. Porque implica, por un lado, tener un objetivo: el plato que querés preparar. Y también hay un plan: la receta. Y los bienes necesarios para hacerla, que podés ir a comprar junto con los chicos para que ellos vean el valor de los materiales. Se trata de un trabajo (prender el fuego, poner el agua o mezclar huevos, por ejemplo) que tiene un resultado. Luego, reflexionar sobre lo que hicimos implica hacerse cargo: ‘¿está rico?’ Si está feo, tendremos que mejorar. ‘¿Por qué está feo? ¿Poca sal? ¿Mucha harina?’. Pero no sólo eso, la cocina también los vincula con el tema de los recursos que son escasos. Y si hay poco, habrá que repartir o buscar algo más para complementar: cuestiones bien concretas de la economía.
El chanchito
¿Cómo darles la noción de ahorro a los chicos? ¿Es conveniente hablarles de inflación?
La inflación la ven en la medida que comparten las compras con los padres: el chocolate o los yogures que hace una semana costaban tanto ahora cuestan tanto más. Ellos lo pueden ver sencillamente. Pero, a pesar de la inflación, es bueno involucrarlos en el ahorro, porque el ahorro implica sacrificar consumo presente por consumo futuro. El ahorro es un valor social importante: las sociedades ahorrativas crecen.
¿Cómo enseñarles a ahorrar, algo tan complicado en el contexto inflacionario?
Los chicos no pueden ahorrar poniendo plata en una botella, porque a fin de año perdieron un montón de plata. Entonces, lo ideal es tratar de utilizar medios alternativos de ahorro generados en la familia: unidades de cuenta. Que papá facilite a cambio del dinero ahorrado por el chico una estampilla o un vale para comprar lo que quieran. Entonces, a cambio del dinero, papá o mamá le dan un ‘vale por medio par de botines’, o un cuarto, o lo que fuera. Podemos dibujar la fracción, de modo que el ahorro pasa a ser concreto: es gráficamente una parte de lo que necesitan. El día que van a comprar lo que quieren, si ven que aumentó, el papá o la mamá paga la diferencia de la inflación y no frustran el ahorro.
¡Comprame, comprame y comprame!
Otro gran tema es la demanda permanente. ¿Cómo lidiar con este afán consumista en una época en que los chicos son decisores de compra y sujetos del marketing?
En la medida que aprenden a dotar de valor a las cosas, el padre o la madre puede empezar a plantear preguntas muy simples: ‘¿Qué juguete u objeto es el que más te importa? Elegí uno.’ Pero también hay que tener en cuenta que este ‘comprame, comprame’ insistente tiene que ver con la disponibilidad de tiempo de los padres. Muchas veces, los padres resuelven la culpa de no estar con los chicos regalándoles un juguete, pero no funciona: el chico va a seguir pidiendo porque lo que pide es atención de su padre o madre. Entonces, en la medida que papá y mamá no se sienten a jugar, el consumismo va a seguir existiendo. Es la demanda permanente de la insatisfacción. La mejor forma de evitar el hiperconsumismo de los chicos es invertir tiempo, tiempo para estar con ellos. Ese tiempo se torna valioso y desconecta la máquina de pedir cosas.
¿Qué ocurre cuando crecen y eligen marcas o modelos exóticos sólo porque están de moda?
La manera de conversar estas cuestiones es una continuación de ese juego: dedicar tiempo y atención a la demanda del chico. Y habiendo escuchado el pedido, preguntar: ‘¿para qué querés un celular nuevo? ¿Por qué ese modelo? ¿Para qué sirve?’ Escuchar la necesidad y dar contención a los chicos para que tengan autosuficiencia emocional y puedan darle valor a las cosas. Y la importancia está vinculada al rol que cumple ese bien: desprender del consumismo al chico es hacerlo entender que las cosas sirven para algo, aún si fuera simplemente para mirarlas, como ocurre con el arte, o con una buena pilcha o con la compu más cool que quieran elegir. Porque la belleza es también un valor, que hay que respetar en los chicos como respetamos en nuestras decisiones de compra de adultos. Lo importante es que cuando tengan el objeto que quisieron, lo aprovechen. Si quiero unas zapatillas o un celular moderno es para usarlo y darle valor, valor de uso. Si es para poner adentro del placard ese pedido seguramente quiere decir ‘mamá prestame atención o, mejor, dámela de contado: comprame’.
¿Qué se le puede explicar a un chico sobre el manejo del dinero?
Yo parto de una división por edades. En la primera etapa -dos y tres años- la relación con el dinero la empezamos a trabajar desde los juegos. Vos le das al chico algo y él te da algo a cambio. Se trata de intercambiar un bien por otro. Para esto hay que generar un medio de cambio: un papelito, una moneda de plástico, una piedrita. A partir de este juego, el chico empieza a entender que para poder adquirir un objeto tiene que desprenderse de otra cosa. Después empiezan a hacer equivalencias: un autito = cuatro piedritas, por ejemplo, pero una figurita = una piedrita. Es distinto del concepto de trueque, porque en el trueque se intercambian mercaderías. En cambio, el dinero cumple el rol de ser un medio simbólico, un medio de cambio aceptado por todos.
¿Cómo generar la idea de valor?
El concepto de valor se consolida relacionando la importancia que puede tener para un chico un juguete, ropa o lo que fuere. ‘¿Te gusta este juguete?' Sí. ‘¿Es importante para vos?' Sí. ‘Entonces, tiene valor'. ‘Y esta muñeca, ¿por qué no la usas? ¿Te gusta, es importante?' No tanto. ‘Entonces, no tiene tanto valor’. Es así de sencillo: el ABC de la economía. En la medida que tomamos conciencia del valor, tenemos idea de que a las cosas hay que cuidarlas. Y en la medida que cuidamos las cosas aprendemos a hacernos cargo de lo que nos gusta y lo que nos pasa.
La edad de los números locos
Siguiendo el esquema de las edades, ¿cuando entran a la primaria el juego de la economía podría plantearse de otra manera?
A partir de los 6, 7 años los chicos empiezan a manejar los números y pueden empezar a conocer los precios de las cosas. Cambiamos las piedritas por la expresión en pesos. Y aparece otro gran tema que es la administración propia del dinero. Cuando uno da dinero a un chico para que administre, lo fundamental es que no lo pierda. Y si lo pierde, que asuma las consecuencias: no hay más, hasta que le vuelva a tocar cobrar su mesada. Pero también hay que entender la noción del tiempo que tienen a cada edad: a veces, darles dinero para que lo administren por más de 48 horas es mucho. Entonces, acorde a las edades y a la posibilidad de manejar el tiempo, se hará la mesada. Más o menos a los 10 años, el chico puede administrar el dinero extra, que va a usar para comprarse lo que él quiera. Ojo: si quiere ir al cine y no le alcanza, se le puede dar la diferencia. Pero lo importante es que esta mesada se da en un momento de la semana y la administra él.
¿Qué pasa con los gastos que no son extras, como por ejemplo los útiles escolares, que los chicos suelen perder? ¿Cómo enseñarles a dar valor a esas cosas que igualmente papá o mamá las van a comprar?
Hay un ejercicio muy interesante para hacer con los chicos a partir de los 11 años. Cuando a principio de año llega la lista de la escuela con todo lo que van a usar durante el año, el adulto puede hacer el presupuesto inicial con el chico: suma los precios de todo lo pedido, saca un total y le propone ir juntos a comprar o ayudarlo a conseguir todo lo que necesita –usado, reciclado- a cambio de quedarse con el vuelto. ‘Mochila del año pasado, podés usar. El libro se puede conseguir usado. Se pueden reciclar los lápices y la cartuchera, si están en buen estado’. La condición es que el chico arme su kit para empezar el colegio y que el adulto acompañe en las compras necesarias. Normalmente sucede que el chico ahorra: se queda con el vuelto. Busca libros más baratos, revaloriza la mochila usada y ahorra. Y además sacrifica algo por otra cosa: sacrifica mochila nueva para comprarse otra cosa. Bien concreto.
¿Qué otros juegos domésticos se pueden implementar para introducir temas de la economía con los chicos?
Otro ejercicio interesante es cocinar. Porque implica, por un lado, tener un objetivo: el plato que querés preparar. Y también hay un plan: la receta. Y los bienes necesarios para hacerla, que podés ir a comprar junto con los chicos para que ellos vean el valor de los materiales. Se trata de un trabajo (prender el fuego, poner el agua o mezclar huevos, por ejemplo) que tiene un resultado. Luego, reflexionar sobre lo que hicimos implica hacerse cargo: ‘¿está rico?’ Si está feo, tendremos que mejorar. ‘¿Por qué está feo? ¿Poca sal? ¿Mucha harina?’. Pero no sólo eso, la cocina también los vincula con el tema de los recursos que son escasos. Y si hay poco, habrá que repartir o buscar algo más para complementar: cuestiones bien concretas de la economía.
El chanchito
¿Cómo darles la noción de ahorro a los chicos? ¿Es conveniente hablarles de inflación?
La inflación la ven en la medida que comparten las compras con los padres: el chocolate o los yogures que hace una semana costaban tanto ahora cuestan tanto más. Ellos lo pueden ver sencillamente. Pero, a pesar de la inflación, es bueno involucrarlos en el ahorro, porque el ahorro implica sacrificar consumo presente por consumo futuro. El ahorro es un valor social importante: las sociedades ahorrativas crecen.
¿Cómo enseñarles a ahorrar, algo tan complicado en el contexto inflacionario?
Los chicos no pueden ahorrar poniendo plata en una botella, porque a fin de año perdieron un montón de plata. Entonces, lo ideal es tratar de utilizar medios alternativos de ahorro generados en la familia: unidades de cuenta. Que papá facilite a cambio del dinero ahorrado por el chico una estampilla o un vale para comprar lo que quieran. Entonces, a cambio del dinero, papá o mamá le dan un ‘vale por medio par de botines’, o un cuarto, o lo que fuera. Podemos dibujar la fracción, de modo que el ahorro pasa a ser concreto: es gráficamente una parte de lo que necesitan. El día que van a comprar lo que quieren, si ven que aumentó, el papá o la mamá paga la diferencia de la inflación y no frustran el ahorro.
¡Comprame, comprame y comprame!
Otro gran tema es la demanda permanente. ¿Cómo lidiar con este afán consumista en una época en que los chicos son decisores de compra y sujetos del marketing?
En la medida que aprenden a dotar de valor a las cosas, el padre o la madre puede empezar a plantear preguntas muy simples: ‘¿Qué juguete u objeto es el que más te importa? Elegí uno.’ Pero también hay que tener en cuenta que este ‘comprame, comprame’ insistente tiene que ver con la disponibilidad de tiempo de los padres. Muchas veces, los padres resuelven la culpa de no estar con los chicos regalándoles un juguete, pero no funciona: el chico va a seguir pidiendo porque lo que pide es atención de su padre o madre. Entonces, en la medida que papá y mamá no se sienten a jugar, el consumismo va a seguir existiendo. Es la demanda permanente de la insatisfacción. La mejor forma de evitar el hiperconsumismo de los chicos es invertir tiempo, tiempo para estar con ellos. Ese tiempo se torna valioso y desconecta la máquina de pedir cosas.
¿Qué ocurre cuando crecen y eligen marcas o modelos exóticos sólo porque están de moda?
La manera de conversar estas cuestiones es una continuación de ese juego: dedicar tiempo y atención a la demanda del chico. Y habiendo escuchado el pedido, preguntar: ‘¿para qué querés un celular nuevo? ¿Por qué ese modelo? ¿Para qué sirve?’ Escuchar la necesidad y dar contención a los chicos para que tengan autosuficiencia emocional y puedan darle valor a las cosas. Y la importancia está vinculada al rol que cumple ese bien: desprender del consumismo al chico es hacerlo entender que las cosas sirven para algo, aún si fuera simplemente para mirarlas, como ocurre con el arte, o con una buena pilcha o con la compu más cool que quieran elegir. Porque la belleza es también un valor, que hay que respetar en los chicos como respetamos en nuestras decisiones de compra de adultos. Lo importante es que cuando tengan el objeto que quisieron, lo aprovechen. Si quiero unas zapatillas o un celular moderno es para usarlo y darle valor, valor de uso. Si es para poner adentro del placard ese pedido seguramente quiere decir ‘mamá prestame atención o, mejor, dámela de contado: comprame’.
Planeta Tombolini
Matías Tombolini es Lic. en Economía por la Universidad de Buenos Aires y realizó un máster en Relaciones Económicas Internacionales co-diplomado por FLACSO y la Universidad de Barcelona. Investiga en temas de Economía para chicos y prepara un libro para orientar a los adultos en temas de oferta y demanda vistos en clave infantil. Realizó también un posgrado en Historia del pensamiento económico, en FLACSO. Trabaja como consultor de organizaciones civiles sin fines de lucro, cámaras empresarias e inversores particulares. Es titular de cátedra de Economía del Ciclo Básico Común de la UBA y profesor adjunto de Macroeconomía y Política Económica, en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. También es director de la Dirección General de Coordinación de Comisiones de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Además, es papá de dos nenas de 5 y 10 años.
Tombolini dixit
El pedido caprichoso infinito
“No hay una respuesta escrita para el nene que pide todo el tiempo. Pero sabemos que cruzar de vereda para evitar el kiosco no es una solución al problema del insistente ‘¿me comprás?’. La forma de resolver el hecho de que los chicos pidan infinitamente es dotar de valor las cosas que ellos tienen y quieren. Y tener en cuenta a nuestros hijos al momento de responderles. No sacarse a los pibes de encima con un ‘no puedo’, ‘no tengo un mango’, o un ‘¿te pensás que tengo la máquina de imprimir billetes?’. Estas respuestas no ayudan a nadie, porque se responde desde el enojo, y el niño no entiende. A los chicos hay que explicarles con claridad por qué no se puede: porque en ese momento no hay dinero suficiente para comprar eso o porque comprar eso implicaría dejar de comprar otras cosas, porque el dinero es un medio de cambio escaso. Si algo sí, entonces, algo no: concepto de costo de oportunidad que además el dinero representa más claramente que los bienes”.
Link: http://www.revistaplanetario.com.ar/news/view/mision-no-imposible
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