Aún restan unos días para que se cumpla un mes de la entrada en funciones de las principales figuras del nuevo equipo económico del gobierno. Han sido 24 días de una vorágine que mas allá de la apreciación que cada uno pueda darle, claramente marcan un contraste con lo que se vivía hasta hace unos meses.
De un modo u otro hay un grado de conexidad entre las diferentes medidas que se anuncian lo cual permite identificarlas dentro de un rumbo determinado.
En poco más de tres semanas, la moneda se devaluó mas del 3,5% llevando la devaluación anualizada a cifras que casi triplican la inflación real. En ese mismo tiempo el dólar ilegal se revaluó en torno de 3%, la brecha paso de casi 64% a menos de 55% y el dólar tarjeta se ubica en valores cercanos al del contado con liquidación.
En materia cambiaria hasta aquí se trabajó más sobre la demanda de dólares que sobre la oferta. Vemos como se consolida la idea de limitar las importaciones en sectores como el automotriz y electrónico para 2014 según informó este mismo diario el día de ayer. Se estaría avanzando en la agilización de las autorizaciones (o no) de las DJAI. Se limitó la posibilidad que extranjeros paguen paquetes turísticos en pesos, para evitar que cambien sus dólares en el mercado ilegal y luego usen los pesos para viajar dentro de Argentina. Y desde ya la medida más notoria que fue el aumento del cargo por consumo de dólares turísticos del 20 al 35%.
En cuanto a la oferta de dólares la instrumentación del acuerdo con Repsol por YPF podría ser condición necesaria para fomentar en ingreso de divisas vía inversión extranjera directa, al tiempo que se avanza en la implementación de las letras del tesoro a 180 días (dólar linked) para los exportadores de granos, quienes vienen reteniendo la liquidación para aprovechar al máximo los efectos de la devaluación. La idea de conseguir financiamiento bilateral parece cobrar fuerza en el marco de la visita del ministro de economía a China.
Con todo, la demanda de dólares es difícil que afloje cuando el rendimiento de las colocaciones en pesos resulta tres veces menor que la tasa anualizada de devaluación. Es decir, si alguien saca un paquete turístico en 12 cuotas fijas hoy (es decir compra dólares), tiene mucho más incentivo para hacer eso que colocar un plazo fijo a 90 días.
En materia de financiamiento a la inversión local, se aguarda que el BCRA anuncie la cuarta etapa de la línea de créditos para la Inversión Productiva (LiCIP) y a que tasa lo hará.
En cuanto al control de la inflación los anuncios hasta aquí son realmente pobres. Poco se sabe sobre el nuevo índice de precios, y se avanzó en un acuerdo de precios limitado a un centenar de productos, que parece tener más bien un fin social que de tipo económico para contener la escalada inflacionaria.
Abandonada el ancla del tipo de cambio y con la posibilidad de abandonar el otro ancla que son los subsidios a los servicios públicos. La idea de contener los precios sobre la base de moderar las expectativas se hace difícil a la luz del pulso político que vive el país por estos días.
El agujero fiscal potencial que podría profundizarse, sobre todo en las provincias, una vez que se terminen de resolver los conflictos salariales con el sector público que en el marco de ebullición actual requerirá financiamiento del cual hoy se carece.
En este caso la cuenta es bastante sencilla, o el déficit lo cubre la recaudación (que no llega) o se imprimen billetes (con su correlato en los precios, aunque no sea monetaria la principal causa de la inflación) o se consigue financiamiento afuera para la inversión publica, liberando fondos para el gasto corriente o bien se achica el gasto. Este es el menú que le queda al gobierno del cual tendrá que elegir entre lo deseable y lo posible.
Restan aun desarrollar herramientas de ahorro en pesos que permitan canalizar el ahorro privado que hoy se vuelca a otro lado. En este sentido la nueva ley de mercado de capitales no ha dado hasta aquí los resultados que podría dar viendo los rendimientos que tuvieron las acciones en los últimos meses y lo selecto que es el publico que utiliza ese canal para orientar sus inversiones.
La estrategia que veamos por parte del gobierno orientada a ampliar la oferta de bienes y servicios, impulsando la inversión pública y privada, será vital para comprender si el esfuerzo que se va a requerir para que no se desboque la inflación, terminara en un camino de mas producción, más trabajo y mejores condiciones para todos, o si por el contrario el problema de los precios acabará como siempre lo ha hecho en nuestro país, con los trabajadores pagando la cuenta. Ojalá esta vez sea diferente.
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