En sólo un par de meses veremos cómo los líderes del mundo se reúnen en la cumbre del G20, que tendrá lugar en la ciudad australiana de Brisbane.
Este año, Australia preside dicho grupo y tomó este evento como una oportunidad para llevar adelante una activa política de posicionamiento internacional.
Ubicado en Oceanía, es uno de los países más extensos del mundo; con un territorio de casi 7,7 millones de km2, su población es apenas de 23 millones de habitantes.
El país no ha tenido guerras civiles en su historia y forma parte del Commonwealth, la conocida asociación de países que alguna vez formaron parte de Gran Bretaña y que tiene 53 miembros, actualmente con una población de más de 2 mil millones de habitantes.
La economía australiana tiene un tamaño que es el triple de la nuestra, a pesar de tener la mitad de la población. Tiene una gran interacción con los mercados de Asia del Pacífico, donde tiene puesta la mira estratégica de su desarrollo para las próximas décadas.
Es una economía predominantemente productora de materias primas, en la que se destacan las exportaciones por 247 mil millones de dólares basadas, fundamentalmente, en minerales de hierro, carbón, oro, gas natural y petróleo crudo. Asimismo, el modelo de desarrollo incluye una economía de mercado abierta, con importaciones por 236 mil millones de dólares.
Es una sociedad multicultural donde no hay expresiones de racismo ni religiones dominantes, veinticinco por ciento de los habitantes nació en el extranjero, y la radio pública SBS transmite programas en 74 idiomas. Esto es más que la radio del Vaticano.
Al momento de definir la ciudad sede principal del evento, impulsaron una que no fuera la más conocida, con la idea de equilibrar el desarrollo y promover nuevos puntos de interés.
Brisbane es la tercera ciudad en importancia de Australia, luego de Sidney y Melbourne. Con 2,2 millones de habitantes, es conocida por recibir anualmente a más de 75 mil estudiantes de todo el mundo, con lo que se erige como una ciudad con gente joven, cuyo promedio de edad es de 34 años y sumamente cálida en su forma de tratar a los visitantes, a tal punto que es conocida como la localidad más business-friendly de Australia.
Es la principal ciudad del estado de Queensland, que tiene una economía cuyo tamaño es de 291 mil millones de dólares (la mitad de Argentina) y un crecimiento proyectado de 4% para los próximos tres años.
El centro de convenciones donde se llevará adelante el evento es un megacomplejo donde estarán trabajando 900 personas al momento del encuentro. De propiedad de la ciudad, dicho centro es administrado en forma privada y genera beneficios por 200 millones dólares para la ciudad. Fue construido en 1995 y ampliado en el 2012 con un inversión total de 300 millones de dólares.
Recorrer las instalaciones y conversar con su intendente o con el ministro de Comercio del estado de Queensland da la oportunidad de entender cómo se preparan para este evento.
Ellos entienden esta oportunidad como la de abrir una ventana al mundo, por la cual mostrar las potencialidades de su economía y lograr un posicionamiento internacional que consolide un esquema de crecimiento que hoy es sólido.
Si bien la mirada más importante, en términos estratégicos, la tiene puesta en la región de Asia, no caben dudas de que es una sociedad con la cual tenemos mucho para compartir. Aunque se ubica lejos de nuestro país, comparte con nosotros características que permiten pensar que tenemos muchas cosas en común. De hecho, es habitual escuchar que tenemos características similares en el terreno económico, como con Canadá. Con ambos países compartimos el grupo Cairns (N. de la R. Asociación de19 países exportadores de productos agrícolas, integrado por Argentina, Australia, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Indonesia, Malasia, Nueva Zelanda, Pakistán, Paraguay, Perú, Filipinas, Sudáfrica, Tailandia y Uruguay), que se formó para luchar por una liberalización en las barreras al comercio agrícola, algo que ambos países necesitamos desarrollar aún más.
Sería difícil terminar el relato sin mencionar que, más allá de las curiosidades, como el Zoológico único en el mundo donde se puede alzar un koala, es llamativo el orden y la planificación que muestran, en general. Sin entrar en juicios de valor que no tienen sentido, porque las realidades históricas de ambos países son muy diferentes, es claro que aquí, un conjunto de reglas claras, de aplicación contundente y un modelo de crecimiento basado es sus fortalezas, con un alto grado de integración económica y estilo que privilegia el pragmatismos antes que la retórica, han tenido resultados innegables en el desarrollo de esta nación.
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