La discusión salarial entre los sindicatos, empresas y gobierno ha sido el factor común en el temario económico de las últimas semanas. En este sentido resulta clave la definición (o la falta de ella) por parte del gobierno respecto del impuesto a las ganancias, tanto en lo que hace al mínimo como a la vetusta escala.
Tal combinación llevó a los gremios a subir la presión política porque si el gobierno desea que los reclamos sean relativamente moderados, el sindicalismo oficialista deberá encontrar un respiro en la modificación del impuesto. De otro modo, la detracción sobre el salario será lo suficientemente fuerte como para requerir salarios aun mas altos que la inflación esperada.
A la hora de evaluar la presión tributaria sobre los trabajadores de ingreso medios y medios altos, se pueden realizar complicados cuadros o sencillamente acudir al Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) que ha sido testigo oculto de las distorsiones de la economía argentina en el último decenio.
En 2003 el SMVM era de $ 200 y el mínimo no imponible de ganancias llegaba a $ 2.063. Es decir, hacían falta 10,3 veces el SMVM para alcanzar el mínimo no imponible.
En 2008 el SMVM era de $ 980 y el mínimo no imponible alcanzaba los $ 5.554. Hacían falta 5,6 veces el salario mínimo vital y móvil para alcanzar el mínimo no imponible.
En 2015 el SMVM es de $ 4.716 y el mínimo no imponible es $ 15.000, es decir 3,2 veces el salario mínimo.
Hace 12 años hacían falta 10 salarios mínimos para alcanzar el mínimo no imponible de ganancias, en cambio hoy solo se requieren 3,2.
Si eso no es aumento de la presión sobre el salario, ¿qué es? Esta mirada también pone de manifiesto lo positivo en cuanto a la evolución del salario en la Argentina que, según la Presidenta, es el más alto de la región ya que equivale a 533 dólares superando al resto de los países vecinos (salvo Costa Rica cuyo salario es 538 dólares).
En este sentido vale decir que el SMVM también es testigo del retraso cambiario. De otro modo resulta difícil explicar salarios que crecen en dólares e importaciones que cayendo 11% en 2014 y desplomándose mas de 20% en 2015. Es decir, no parece fácil entender que la clase trabajadora tenga el mejor poder de compra en términos internacionales comparándonos con los demás países de la región al tiempo que nuestras importaciones son, justamente las que más caen en el vecindario del cono sur.
Otra discusión interesante que se puede seguir con la evolución del SMVM es la que tiene que ver con el valor de los billetes. Aquí vemos que hace rato se viene discutiendo sobre la necesidad de imprimir billetes de mayor valor, por ejemplo de $ 200 o $ 500.
Ya mencioné que en 2003 el SMVM era de $ 200, en este caso equivalente a 2 billetes de máxima denominación (dos de cien).
Hoy el Salario Mínimo es de $ 4.716, es decir que se necesitan 47 de los billetes de mayor denominación.
Si bien parecía haber consenso sobre la necesidad de imprimir billetes de mayor denominación, apareció una propuesta del diputado del PRO Federico Sturzenegger, economista de origen ciertamente académico, quien indicó en una entrevista a Radio Belgrano primero y luego en un articulo, la necesidad de suprimir el billete de cien.
Al leer el marco conceptual que brinda el legislador, resulta difícil estar en desacuerdo, pero no deja de ser llamativo como ciertos políticos viven despegados de la realidad. La propuesta de Sturzenegger es algo así como una iniciativa cool palermitana que poco tiene que ver con la Argentina real, toda vez que indica la necesidad de profundizar alternativas electrónicas de pago y una bancarización de la economía en detrimento de la economía informal.
Justamente allí radica el riesgo de la propuesta ya que el diputado supone que el sujeto para sacar de la informalidad es el que evade 500 pesos y nada dice de las grandes evasiones que no tienen mayores problemas con la forma física del dinero, sea electrónico o en papel.
¿Habrá pensado el diputado como explicarle a un albañil del conurbano bonaerense que use su celular como postnet virtual?
La informalidad de la economía debe combatirse, sin lugar a dudas, pero no se trata de que venga Apple con el modelo de dinero electrónico ya que ese es mas bien un punto de llegada antes que el de partida.
Al final de cuentas, lo cierto es que tanto la discusión sobre los billetes como la del impuesto a las ganancias son temas que más que dividir a los que pagan y a los que no, lo que habría que hacer es tratarlos donde se deben tratar, en el Congreso Nacional.
Claro que para eso debería existir voluntad política para hacerlo, y eso por ahora parece ausente.. como los billetes de $ 200.
Hola Mati muy buena la nota! Te quería consultar que expectativas tenés para el mercado de propiedades para el 2016? Espero tu respuesta, saludos!
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