El Cronista
Conforme se escurren los últimos días de un agitado 2015, en materia económica la neo oposición arremete con criticas sobre la marcha de los números con una batería de argumentos que resulta al menos hasta aquí, inconsistente con una critica sólida en términos conceptuales, pero efectiva a la hora de vender slogan y frases con gancho para las redes sociales.
Así el conjunto de argumentos que se esgrimen respecto de la evolución de los precios con independencia de lo sucedido en materia de política monetaria y fiscal en los últimos años, es tan sorprendente como la capacidad de aceptarlos por parte de quienes los toman como propios y los remarcan con la vehemencia de una creencia que a esta altura parece mas bien alejada de la evidencia que brindan los datos.
Sin dudas, aún faltan una gran cantidad de señales que nos permitan comprender cual será el sesgo que tendrá el actual gobierno en términos de su manera de comprender el proceso de redistribución de la riqueza, así como el rol del estado. La critica entonces tiene mucho mas de percepción y de manipulación que de datos concretos.
Resultan hilarantes ciertos comentarios sobre los precios por parte de quienes colocaron a la argentina al tope del ranking mundial de inflación por más de un lustro. Del mismo modo que contradictorio sobre los efectos de la devaluación, cuando en enero de 2014 se argumentaba que no tenia que pasar a los precios y hoy se dice lo contrario.
Cierto es que sin plan anti inflacionario el ajuste de tipo de cambio tiene alta probabilidad de ir a precios, pero para eso es necesario conocer cuáles serán los lineamientos de una política monetaria y fiscal que solo puede tener lugar si previamente se genera un marco de condiciones mínimas pero necesarias para poder operar sobre esos frentes.
Conocer la magnitud del déficit fiscal, es uno de esos pasos así como entender el destino de los fondos millonarios que subsidiaban la oferta y no la demanda (salvo el caso del gas en garrafa) en materia de servicios públicos, permitirá saber cual es la magnitud del ajuste sobre tarifas a la clase media alta necesario para poder sostener el cuadro tarifario para aquellos que lo realmente lo necesitan.
La defensa de la gestión pasada, que realizó Kicillof en la nutrida convocatoria de Parque Centenario, tuvo aspectos que como mínimo son inconsistentes con su formación académica de nota y sólo se entienden en el marco de un discurso político, en el cuál terminó justificando indirectamente la provisión de dólares baratos para la clase media alta a costa de los dólares para importar insumos necesarios para producir y generar empleo. En la misma tribuna, se realizaron valoraciones sobre medidas tomadas en el contexto de una crisis internacional que parece justificar aquello que resulta difícil de explicar.
La tan mentada crisis internacional como causante de la caída del volumen de nuestro comercio exterior, y unos de las excusas que justificaron el déficit (que termino haciendo mas liviana la carga sobre los mas pudientes) es una farsa que se cae con una lectura razonable de la información disponible.
Ese mundo que relatan en crisis solo se puede sostener en la tribuna pero no en los papeles. Mas allá del relato lo cierto es que en el segundo mandato de Cristina, el crecimiento acumulado de la economía fue 4,6%, cuando Uruguay, Perú, Colombia y Chiles crecieron entre 15% y 17%, Estados Unidos 9%, China 33%, Sudáfrica 7,6%, India 32,3%. Solo crecieron menos que nosotros, Brasil y la Unión Europea poco menos del 2%. Recordemos que entre 2008-2011 Argentina creció 28,4%, la crisis fue real y la UE sólo 0,6% y Estados Unidos 1,3%.
En materia de inflación para el período 2012-2015 sucede algo similar, mientras aquí tuvimos 191,6% en términos acumulado , los países que mas se nos acercaron fueron Rusia con 43,4%, Uruguay con 37,7%, Brasil con 30,4%, India 29,3% , Sudáfrica con 24,3%. Luego Chile, Perú y Colombia tuvieron menos de 14%, la UE (no sólo zona euro) con 9,1% , China con 8,6% y Estados Unidos con 4,6%.
La convalidación del aumento de precios que se da hoy en argentina no es otra cosa que el resultado de una pésima política monetaria por parte de Vanoli, en un país cuya población en la actualidad (lo que no ocurría en de 2003 a 2008) tiende a desprenderse de su propia moneda. No es la (inexistente) crisis internacional, ni el sinceramiento del dólar. Lo que vemos hoy es simplemente el rezago que tiene dicha emisión junto con comportamientos en la formación de precios que, vale decir, deben ser revisados por parte del estado, terminan por dar margen para los aumentos de precios que vemos por estos días, en un contexto donde la inflación no es una novedad sino una vieja costumbre.
Seria un desafío apasionante que la crítica se sustancie en datos y no relatos ya que en ese caso podríamos empezar a asistir a la discusión de ideas, en lugar a una lucha por ver quien es mas fanático o quien grita mas fuerte.
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