El objetivo de la actual gestión de la política económica es ambicioso. La tarea de desinflar nominalmente la economía en un contexto de corrección de precios relativos ya es complicado, sumado al desafío de que en ese proceso no siga cayendo el nivel de actividad.
La corrección del valor del dólar no trajo tantos dolores de cabeza como la de los servicios públicos. El costo político ya pagado por el Gobierno es muy alto en relación al avance que logró en la reducción del déficit y la carga de subsidios económicos destinados al sector.
El valor al cual debía corregirse el tipo de cambio dijeron que ya estaba descontado por algunos agentes. El valor de las tarifas aún no lo sabemos y el mecanismo de prueba y error que está intentando el Gobierno no da resultados.
La probabilidad de lograr la corrección de precios sin ajuste a la baja de las cantidades producidas es muy baja, según demuestra la historia reciente del país. El economista Ramiro Albrieu, puso en evidencia el problema mostrando que solo hubo un año de los últimos sesenta en el cual las tarifas y el tipo de cambio subieron por encima de los salarios y hubo caída en el nivel general de precios y servicios con crecimiento de la actividad.
Eso ocurrió en 1967. Un año de plena crisis política, con un gobierno de facto dirigiendo al país y el ex ministro Krieger Vasena al frente de una economía cada vez mas abierta al tiempo que el Banco Central perdía reservas internacionales.
La situación actual es compleja, la interacción entre la política monetaria y cambiaria junto a la política fiscal y de ingresos requiere de una pericia que aún no se ve en los hechos. Hasta ahora, el valor del dólar logró corregir el enorme atraso cambiario heredado, pero con la nueva intervención de la Justicia, las tarifas no logran acomodarse a un nivel que resuelvan el problema fiscal. Al mismo tiempo la inflación se aceleró respecto al año anterior y el nivel de actividad está en baja.
De no resolver el escollo fiscal, la política monetaria no podrá evitar ser funcional a Hacienda. Y mientras no se logre esto, difícilmente la inflación ceda.
Si el Banco Central se empecina en bajar la inflación, el costo en términos reales puede ser muy alto: el valor del dólar podría sufrir un atraso mayor y determinados sectores sentirán nuevamente que hace falta una corrección.
Con la teoría sobre la mesa es la realidad quien siempre sorprende. Esta vez nos muestra los limites de creer que el mercado lo resuelve todo.
Primero las tarifas llegaron con aumentos descomunales. Ese aumento generó que suban los precios del resto de los productos porque se encarecieron los costos, incluso subieron las expensas. Todo muy lógico. Pero... y siempre hay un pero.
Si el incremento de las tarifas se anula y aun habiendo colocado un tope de 400%, los costos ya se habían calculado con la primera boleta que llegó y en muchos casos fue con el peor escenario, es decir subas de mas de 1000%.
Resulta que hasta aquí, al día de hoy, las tarifas son las mismas que en marzo pero se cobran como si ya hubieran confirmado la suba.Conclusión: la suba de tarifas no solo se ve en la boleta que le llegó a los usuarios (que aún no saben si tienen que pagar o deben esperar la refacturación), sino que también influyó en toda la cadena de precios. Si se cancela el aumento, lo único que va a quedar claro es que, salvo las tarifas, el resto subió y obviamente no va a bajar para compensar.
Si la anulación del aumento de tarifas llegara a quedar confirmado deberían pasar un par de cosas sumamente extraordinarias que solo se pueden ver en Argentina:
1) Hay que ver como se "recalcula" el índice de inflación que tenía adentro los aumentos que al final no corren, aunque las aumenten desde mañana. Lo cierto es que la inflación mira el pasado y si ese aumento se llega a cancelar, la inflación que lo contemplaba se debe corregir.
2) Las empresas habrán tomado un costo que no tuvieron. Suponiendo que los servicios suban desde mañana, hasta aquí a los usuarios le subieron los precios, pero para las compañías ese costo no se modificó. Es decir: los usuarios se "comieron el amague" y le dejaron un mango de más a los empresarios. Ojo, es obvio que acá nadie se quiso hacer el vivo, pero también es obvio que nadie podrá ir al supermercado para que le reintegren la diferencia que se quedaron los empresarios.
3) Puede darse el caso de que aquellas personas que han pagado expensas mas caras puedan reclamar a devolución de lo que abonaron de más, porque los gastos comunes más altos no habrían sido reales. Insisto: si la suba fuera desde mañana mismo, los gastos comenzarían a partir de allí con lo que la factura llegaría en octubre y recién ahí se deberían incrementar las expensas.
Eso si, si los aumentos arrancan desde mañana (y no corre hacia atrás) espero que no suban los precios nuevamente con el verso que se incrementaron los costos, porque ahí estaríamos pagando dos veces el aumento... Que considerando el modo "recalculando" en el que estamos como país, no sería nada raro... Total los que pagamos siempre fuimos, somos y seremos los mismos. "Nosotros".
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ResponderEliminarcual es el mejor ahorro hoy?
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ResponderEliminarel pago comienza cinco meses después de recibir su crédito
Que Dios os bendiga.
Hola matias. Como hago para contactarte ? Mi mail es arieldyzen@gmail.com
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