Por Matías Tombolini. Salir de compras es una actividad casi pesada. Cada día es más difícil llenar el changuito del supermercado y pagar cualquier tipo de cuotas.
Por: Matías Tombolini | Economista y periodista matiasrtombolini@gmail.com
Devaluación, emisión monetaria, tasas de interés, balance fiscal, deuda externa. Los términos económicos, día tras día, nos abruman y aburren con definiciones ininteligibles y debates que olvidan lo más importante. Los consumidores.
Aunque algunos lo nieguen y otros lo exacerben, el único término que sufrimos todos los días es inflación. Es decir, la suba generalizada del nivel de precios.
Más allá de las diferentes causas y malignos responsables, lo que sucede es concreto: cada día es más difícil llenar el changuito del súper y pagar la cuota del colegio o el club. Salir de compras se terminó convirtiendo en un actividad casi del pasado.
Frente a todo esto, es hora de hacer algo, nos tenemos que poner las pilas y buscar cómo tratar de ahorrar aun en un contexto como el actual.
Cuando hablamos de ahorro es importante hacer una diferencia, una cosa es el que proviene de postergar el consumo hoy para hacerlo mañana, y otra es lo que pudiste juntar luego de mucho esfuerzo.
En ese sentido, podemos pensar diferentes estrategias para cada caso.
Si tenés dólares ahorrados, la mejor opción en el actual contexto parece ser dejar eso como está hasta que se termine de tranquilizar el mercado y veamos un poco más claro qué puede suceder en el futuro.
Con unos pesos guardados, las opciones son múltiples y requiere que seas lo más activo posible para que te rinda más tu dinero. Si vas a hacer un plazo fijo, el desafío es ir a pelear la tasa de interés que te paga tu banco, comparar con lo que ofrece la competencia y decidir la mejor opción.
Aquí, lo mejor es hacerlo a 30 días e ir renovando el mismo en cada vencimiento; eso sí, agendate el vencimiento, porque el banco no te llama para recordártelo y te pasan el saldo directamente a tu cuenta corriente o caja de ahorros, que no te da nada de interés.
Otra opción es comprar bonos nacionales o provinciales (los que son dólar linked, que significa que están atados al valor del dólar). Dentro de los bonos nacionales, los más conocidos son el Boden 2015 o el Bonar X, ambos rinden en dólares.
Lo más interesante es que podés invertir desde 5 o 10 mil pesos y te paga el rendimiento en dólares.
Por otro lado, está esa suma que se puede ir separando por mes con regularidad; ahí, la cosa es diferente. Ahora se pueden adquirir dólares en función de tu ingreso, pero también podés buscar alternativas como, por ejemplo, adelantar ciertos consumos.
Es decir, si estás pensando hacer un viaje, tal vez comprar con mucha anticipación en cuotas podría ser muy rendidor, ya que al pagar hoy el pasaje para viajar en, por ejemplo, diez meses, estás fijando el valor del dólar al momento de tu compra y así te cubrís ante posibles subidas.
Lo mismo pasa con las compras en el súper; todo lo que puedas comprar por adelantado y que tengan un vencimiento lejano en el tiempo, te permite ganarle a la suba de precios.
¿Qué cosas no tenés que hacer?
1) Ahorrar en tu caja de ahorro en pesos no da ningún interés y el dinero allí sólo se desvaloriza día tras día.
2) Pagar el mínimo de la tarjeta de crédito y dejar el saldo para pagar el mes siguiente. Cuando hacés, eso te cobran desde 80% anual (costo financiero total) de interés. Si no llegás con la tarjeta, mirá el resumen: el mismo banco te ofrece financiar el saldo en cuotas con un interés más bajo que si lo dejás pendiente para pagar el mes que viene.
3) Comprar sin pensar. En tiempos de inflación, gana quien planifica sus compras y se informa antes de ir al súper. Aprovechar ofertas y días de descuento permite ahorrar una diferencia significativa cuando hacés la cuenta anual.
También podés usar los productos del acuerdo de Precios Cuidados. Eso sí, en general, esos artículos no entran en las promociones que realizan las diferentes cadenas de hipermercados.
Y recordá siempre que la idea no es que te conviertas en un especialista en finanzas ni que dejés de gastar, sino que puedas ser lo más feliz posible con los recursos que tenés.
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