Borderperiodismo
Poco a poco se acerca el momento en que los argentinos deberemos elegir quien será el encargado de conducir los destinos de nuestro país por los próximos cuatro años. Desde el retorno a la democracia tendremos la menor cantidad de candidatos presidenciales, solo seis competirán por sentarse en el sillón de Rivadavia.
De todos ellos solo Scioli, Macri y Massa asistieron el pasado 25 de agosto al encuentro organizado por el “Council of the americas”, foro de empresarios y punto de encuentro de encumbrados lobbistas. Alli, nuevamente las propuestas concretas brillaron por su ausencia. Evidentemente no era el contexto para hablar de aquello que podría ser antipático pero dado el escenario tal vez era la oportunidad para avanzar en lineamientos generales que trasciendan los infinitivos verbales como gestionar, trabajar, construir, desarrollar.
Cierto es que en el transcurso de la misma semana el dólar ilegal rompió su propio récord marcando 16 pesos por primera vez, lo cual no constituye un dato determinante para la marcha de la economía pero si es un factor que vale la pena seguir ya que el valor del billete cruza de un modo u otro el debate económico a todo nivel. Las variables que solemos mirar siempre han sido las mismas, don independencia del proyecto político que gobierne: 1) La inflación, 2) El dólar. Sucede que ambas tienen un relación innegable en la memoria episódica de quienes hemos vivido mas de tres décadas en suelo nacional.
Pero esto no es nuevo y por ello no tiene demasiado sentido analizar lo que ha sido analizado una y otra vez desde diferentes miradas. Lo que sí es nuevo tiene que ver con lo que sucede en el mundo, y que bien podría constituirse en un frente de tormenta considerable de cara al futuro: “los precios de los commodities” .
La desaceleración del crecimiento Chino, aun por encima del 6% anual pero debajo de los números de otrora, así como la realización del crecimiento de los países emergentes y la contracción de Brasil podrían consolidar un esquema que hace tiempo se viene discutiendo en los principales centros de poder así como en la academia, esto es que los precios de los productos ya no serán lo que eran.
Esta característica no implica que volveremos al esquema de precios de el año 2000 ósea, si bien bajaron los precios de aquello que le vendemos al mundo, por suerte no han subido los precios de lo que le compramos. De este modo, podemos decir que los términos de intercambio ya no serán tan favorables para lo países de la región, ¿Te lo digo en criollo? Se acabó el viento de cola, pero tampoco se viene un huracán de frente.
Como por la vía de las venta de productos ingresan menos dólares y tenemos mas pesos dando vuelta hay mas presión sobre el dólar. Lo mismo sucede en el resto de los países solo que allí se devalúa sin que eso se convierta en inflación y aquí mantenemos el dólar clavado para llegar lo mejor posible a octubre.
Luego de las eleciones empezará otro juego, eso es claro, y la forma de conseguir dólares ya no será solo por la vía de las exportaciones primarias como antes, habrá que aumentar dichas las mismas, pero a su vez buscar la llegada de inversiones así como lineas de crédito, todo para poder evitar saltos devaluatorios bruscos que sólo licúan el salario de los trabajadores. Líneas que permitan financiar importaciones que hoy se encuentran artificialmente reprimidas con un Banco Central que no autoriza la venta de dólares para pagar las facturas y una secretaria de comercia que no autoriza las DJAI necesarias para poder iniciar el proceso de importación.
Resulta difícil suponer que nos enfretemos a una crisis del tipo de la asiática de 1997/1998 que fue el preludio de la crisis que saco a Brasil del “plan Real” que mantenía el 1 a 1 en el país carioca y que a la sazón, cuando aquí no supimos reaccionar, nos terminó empujando al abismo de 2001. Pues bien, nada de eso tiene por qué suceder, ya que ni los asiáticos ni brasil estan en un esquema de convertibilidad, todos tienen un robusto nivel de reservas internacionales y la situación de sus sistemas bancarios es mucho mejor que en aquel entonces.
SÍ es posible que Brasil se complique un poco mas y eso nos puede seguir empujando a reacomodar variables de nuestra propia economia. En estos momentos puede que te estés preguntando ¿De que variables esta hablando Tombo? … Me refiero a los subsidios, es decir, la luz, el gas, el agua, el tren y el colectivo.
Si miramos la parte de los subsidios que explican las retenciones veremos que ya no son lo que eran desde hace rato, pero lo mas grave es que esa relación va a empeorar de la mano de la caída de los precios de las commodities lo cual implica que una de las medias seguras que tomara asuma quien asuma será “sitnonía fina” de subsidios … o gruesa dependiendo del capital político del que gane y cuan flaca quede realmente la billetera a comienzos del año proximo.
Por eso, si te cruzas a cualquier candidato por la calle, hacele la siguiente pregunta: ¿Si usted gana, cuánto va a costar el boleto de colectivo? … si lo llegas a estar filmando con el celular seguro que se hace olímpicamente el sota y te pasa con sus “equipos técnicos”. Ellos saben la respuesta pero no “garpa” andar dando malas noticias antes de asumir.
En el mismo sentido se inscribe la “cuestión buitre” ya que sería raro ver una manifestación publica contra el acuerdo, al tiempo que cerrar ese conflicto le va a permitir a la argentina acceder al financiamiento que hoy no le proveen sus exportaciones,. Es decir, si no conseguimos dólares por la venta de cosas, o alguien invierte y trae sus dólares (inversión extranjera directa) o nos prestan la plata, pero para que nos presten hay que arreglar con estos tipos. Nos guste o no (a mi me parece muy injusto por cierto).
Claro que si te volvés a cruzar con un candidato y le preguntas si va a arreglar con los buitres te va a dar un millón de vueltas y te va a volver a pasar con sus “equipos técnicos”.
Conclusión, todos hablan pero ninguno dice nada, algún dia nos vamos a dar cuenta y en ese precioso instante será cuando de una vez por todas hablemos aquellos que sufrimos el silencio de los candidatos antes de votar, el pueblo.
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